Hace seiscientos años, había grupos de personas que pensaban que la tierra era plana. De hecho no solo creían que la tierra era plana, “sabían” que la tierra era plana. Debido a esta creencia, también creían que era imposible navegar alrededor del mundo. Por supuesto su visión era distorsionada y limitada puesto que estaba construida sobre un conocimiento no basado en la verdad.
¿Que conocimiento y “hechos” forman nuestra visión del mundo ahora? Quizá tengamos un mejor entendimiento del funcionamiento físico de nuestro mundo, ¿pero que conocimiento determina como vemos nuestra vida? ¿Empezamos con el ilimitado poder y soberanía de Dios, un entendimiento de la eternidad, las consecuencias del pecado, y la gracia salvadora de Jesucristo?
Si permitimos que nuestras creencias se formen por los sistemas del mundo, nuestra visión de la vida será siempre limitada. En lugar de ver la mano amorosa de Dios obrando en nuestra vida y reconocer con claridad sus herramientas de transformación, solo veremos sufrimiento innecesario y la aparente ausencia de Dios; “El temor {o reverencia santa} del Señor es el principio del conocimiento” (Proverbios 1:7).
Claramente, Dios está llamándonos a una más cercana y significativa relación: llamándonos a amarle y confiar más en El. Pero nunca podremos crecer para acercarnos a El, hasta que examinemos las fundaciones de nuestras creencias; “Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). El Universo entero y ciertamente nuestra vida, fue formada por Dios y continua existiendo por Su gracia. Cualquier creencia inferior a eso, es fallar al entendimiento de Dios y fallar a creer su Palabra.
El entendimiento espiritual es ganado por la guía y poder del Espíritu Santo mientras oramos y estudiamos con diligencia la Palabra de Dios. Inicialmente nuestras oraciones pueden parecer vacías y Su Palabra llena de historias incoherentes que parecen no aplicar; pero si continuamos buscándolo con todo nuestro corazón, El nos revelará Su verdad y pronto comenzaremos a entender.
Proverbios 2:3-5
“Si llamas a la inteligencia y pides discernimiento; si la buscas como a la plata, como a un tesoro escondido, entonces comprenderás el temor del Señor y hallarás el conocimiento de Dios.”
Dios nos ha dado la capacidad de aprender, el poder de buscar, y la libertad para elegir como usar nuestro tiempo. Usemos su regalo para encontrar el conocimiento de Dios basado en la reverencia a Su nombre. Construyamos una visión del mundo que sea consistente con la Palabra de Dios y que resistirá la prueba de la eternidad. Rechacemos limitar a Dios, y basemos para siempre nuestras vidas en la fundación de la verdad.
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios