Si, como dice la canción: “Es el tiempo mas maravilloso del año!” Estamos inundados con música navideña, luces navideñas, y muchas “actividades” navideñas. Y aunque los “adornos” navideños son frecuentamente distracciones, la mayoría de nosotros somos capaces de ver mas allá de la brillantina. A pesar que el mundo intenta distraernos, generalmente hacemos tiempo para reunirnos con familia y amigos y celebrar el significado verdadero de Navidad.
Pero muchos de nosotros sienten este tiempo del año muy doloroso. La memoria de heridas pasadas, que permanecen escondidas durante todo el año, ahora vienen a la superficie. Tal vez tendremos que enfrentar una persona particular quien nos causó dolor – o la memoria de una Navidad pasada podría traer la persona (y el dolor) de regreso a nuestra mente.
Obviamente, esta agitación no es la intención que Dios tiene para nuestras vidas – especialmente no mientras estamos celebrando el nacimiento de Su Hijo.
Efesios 4:32
“Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.”
No podemos celebrar correctamente el nacimiento de Jesús sin reflexionar sobre el porque de Su nacer. A través de Su vida nos ofreció el perdón completo de pecados. Con un solo acto de amor increíble, Jesús removió el pecado que nos hubiera mantenido eternamente separados de nuestro Padre Celestial. Esta es la manera de la cual debemos perdonar a otros.
Jesús contó una parábola acerca de un sirviente que tuvo una enorme deuda cancelada: “Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda” (Mateo 18:26-27). Pero cuando se fue el sirviente, el rehusó perdonar una deuda de un sirviente compañero – una deuda que solamente era una fracción de la cantidad recién cancelada; “Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda” (Mateo 18:30).
Jesús usó esta parábola para mostrarnos que si no perdonamos completamente a otros desde lo profundo de nuestro corazón, hemos fallado de entender el perdón que ya nos ha dado; “¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?” (Mateo 18:33). Cualquier “pecado” que cometen otros en contra de nosotros es pequeño en comparación a los pecados que hemos cometido en contra de Dios! Hemos sido perdonados taaaaaaanto!!
Durante este tiempo del año tan maravilloso, reflexionemos sobre el regalo impresionante que ya hemos sido dado a través de nuestro Señor. Entonces, demos a otros en la manera que ya hemos recibido – demos el regalo del perdón verdadero.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios