El mayor tiempo y lo mas cerca que caminemos con Dios, lo mas que nos damos cuenta como El utiliza cada oportunidad para formarnos y moldearnos – a picar, raspar, y lijar las orillas ásperas – mientras gradualmente estamos “transformados según la imagen de su Hijo” (Romanos 8:29). Este es Su deseo para todos que confían en Jesús por el perdón de pecado.
Frecuentemente aprendemos a través de la experiencia personal como nuestras pruebas están usadas para enseñarnos lecciones valerosos y nos refinan para que seamos Hijos de Dios con el carácter de Cristo; “la prueba de su fe produce constancia” (Santiago 1:3). Nuestras pruebas nos hacen completos, enseñandonos a perseverar en fe y proveyendo una oportunidad de confiar en Dios con todo nuestro corazón. Pero un refinamiento mas sutil de nuestro carácter ocurre mientras recibimos alabanzas por quienes somos y por algo que hemos logrado.
Proverbios 27:21
“El crisol prueba la plata, y la hornaza el oro, Y al hombre la boca del que lo alaba.”
Esto no se refiere a como nos entrenamos a responder verbalmente a un elogio; sino, la reacción de nuestro corazón es lo que revela nuestras creencias verdaderas y sumisión. Dios es El soberano Creador y Señor de TODO! Todas nuestras habilidades y dones fueron dados por El. El se merece TODA la alabanza y mantiene el derecho de dirigirnos de la manera que EL lo escoja. Nuestra motivación debe de ser nuestro amor por Dios y nuestro deseo de servirle a El en todo lo que hacemos – nunca debe de estar dirigido por la alabanza del hombre.
Las alabanzas que recibimos de otros no es una indicación de la aprobación de Dios ni es una medida válida del éxito. Nos apropiamos demasiado de los logros y debemos siempre recordar que TODA nuestra habilidad viene de Dios; “¿Quién te distingue de los demás? ¿Qué tienes que no hayas recibido?” (1 Corintios 4:7).
Cada paso de nuestro viaje debe ser establecido por Dios y cumplido en Su fuerza. Cada día hay aquellos quienes niegan a retornar a Dios por que temen la perdida de su posición social y alabanzas; “Muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios” (Juan 12:42-43). Y cada día hay aquellos quienes están desviados de su caminar con Dios debido a su deseo con glotonería de alimentar su ego con alabanzas. El orgullo desenfrenado siempre va a obstruir nuestra relación con Jesús.
De la manera que somos transformados, COMENZAREMOS a cumplir Su trabajo; “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras” (Efesios 2:10). Pero cuando vienen los elogios por el trabajo que logramos, tenemos que presentarselos a Dios para Su aprobación y guianza. El podría regresar los elogios como una bendición Celestial; pero también El podría descartarlos como una distracción innecesaria y pedirnos que caminemos en una nueva dirección. De cualquier manera, tenemos que continuar sirviendo con un corazón obediente y amoroso. Seamos determinados a nunca perder nuestro enfoque como el resultado de ser refinados y probados por las alabanzas.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios