En los negocios del mundo, un buen título de trabajo y la descripción puede ser extremadamente valioso. Con frecuencia nos evaluamos unos a otros, y evaluamos también nuestro propio nivel de “éxito,” por la importancia de nuestro título y la importancia de nuestra descripción de trabajo. Parecemos tener una gran necesidad de estima; y se ha sabido aún de empleados que negocian un incremento en sus salarios a cambio de un título más importante.
El Apóstol Pablo recibió su llamado al servicio de Dios en una forma muy dramática. Mientras viajaba a Damasco, “repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo” (Hechos 9:3). Jesús habló directamente a Pablo y le dijo exactamente quien era El. Unos días más tarde Jesús le dijo a Pablo “instrumento escogido es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel” (Hechos 9:15).
Con este respaldo, Pablo pudo haber elegido cualquier titulo que quisiera – quizás “Instrumento Elegido de Dios” o “Jefe Titular Nombrado por El Todopoderoso.” Después de todo, el nuevo jefe de Pablo era el Creador del Universo.
Pero cuando Pablo desarrolló una relación cercana con Jesús, lo vio como El que era, “en forma de Dios” (Filipenses 2:6). Pero al mismo tiempo Pablo vio a Jesús como quien “despojó a sí mismo, tomando forma de siervo” (Filipenses 2:7). Con este tipo de modelo, Pablo estaba orgulloso de recibir su nuevo titulo.
Romanos 1:1
“Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios.”
No hay mejor titulo en el Reino de Dios que: “Siervo de Jesucristo” – ni descripción de trabajo más significativa que: “Apartado Para el Evangelio.” Una vez que Pablo comprendió como Jesús vivió y obedeció en todo el camino hasta la cruz, se regocijó y se dedicó a si mismo a servir hasta su último aliento; “Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo” (2 Corintios 12:15).
Es comprensiblemente difícil mantener el caminar de un siervo. Todo nuestro entrenamiento mundano nos dice que escalemos más alto y acumulemos más; pero Dios nos llama a amarle y humildemente servirle con la guía de Su Espíritu – ni más, ni menos. Hemos sido apartados para el evangelio y nuestras vidas deben ser vividas como si Cristo las viviera a través de nosotros. Siempre nos quedamos cortos en el plan de Dios cuando intentamos promovernos a nosotros mismos y tomar el control.
Hay muchas oportunidades en el Reino de Dios, pero solo puede haber un titulo y una descripción de trabajo. Nuestro Padre Celestial ha llamado y ofrecido un ascenso permanente que sobrepasa por mucho cualquier cosa que este mundo pudiera ofrecer. Pongamos a un lado nuestra “necesidad” de estar a cargo. Humildemente inclinémonos y orgullosamente aceptemos nuestro ascenso a Siervo.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios