El grande y poderoso Apóstol Pablo fue una vez el grande y poderoso perseguidor de los Cristianos y destructor de la Iglesia. El era tan entusiasta que literalmente iba de casa en casa y arrastraba a los creyentes a la cárcel (Hechos 8:3). Pablo después salio de Damasco a fin de deshacerse de la tierra de estos Cristianos problemáticos “sin guía”. Sin embargo, ¡Jesús tenía otros planes!
Hechos 9:3
“Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo.”
Jesús se reveló a Pablo de tan magnífica manera que no había duda de la verdad del Evangelio; “Yo soy Jesús, a quien tú persigues” (Hechos 9:5). Pablo encontró al Cristo viviente en el camino a Damasco y fue literalmente cegado por una luz brillante – pero su vida fue cambiada para siempre.
Después de tres días Jesús envió a un hombre llamado Ananías para restaurar la vista de Pablo. Cuando Ananías vaciló por la reputación destructiva de Pablo, Jesús puso en claro que Pablo era hoy un buen siervo. “El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel” (Hechos 9:15).
La mayoría de nosotros jamás encontraremos a Dios de una manera tan dramática como Pablo. Un día, sin luces, voces, o gran fanfarria, Jesús simplemente nos encontró en el camino y cambió por siempre el rumbo de nuestra vida. Y así como Pablo fue llamado para llevar el nombre de Jesús, nosotros también hemos sido llamados para seguir al Cristo viviente y llevar Su nombre a todo aquel que el ponga en nuestro camino.
Dios pudo escoger a las piedras y los árboles para avanzar el mensaje del Evangelio, pero no lo hizo pudo haber escrito Su plan de salvación con un dedo de llamas en las nubes, pero no lo hizo – ¡El nos eligió a nosotros! Aún con todas nuestras muchas fallas, pasados accidentados, y algunas veces abrumadora inseguridad y temor al fracaso, somos aún Sus mensajeros para un mundo oscuro y agonizante; “Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros” (2 Corintios 5:20).
Mientras continuamos en este maravilloso viaje, con todos sus cimas gloriosas y valles temibles, comprometámonos a acercarnos más a Dios y escuchar más decididamente su dirección. Seamos fieles en avanzar Su mensaje de amor a través del perdón que se encuentre solamente en Jesús. Porque en este tiempo de gran necesidad Espiritual cuando el mundo desesperadamente necesita oír la verdad, nosotros somos ahora instrumento escogido de Dios.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios