En el mensaje “Sin Compromisos” vimos a tres jóvenes Judíos enfrentar la mayor prueba de sus convicciones. Cuando el rey les amenazó con echarles al horno de fuego si no se inclinaban a la imagen de oro, los tres tranquilamente negaron a comprometerse; “no honraremos a sus dioses ni adoraremos a su estatua” (Daniel 3:18).
Estos tres hombres habían aprendido la importancia de las convicciones cuando primeramente les llevaron como prisioneros a Babilonia. Fueron seleccionados, junto con otro joven que se llamaba Daniel, para un programa especial que les iba a preparar para servir al rey de Babilonia. Uno de los “beneficios” de este programa era tener la mejor comida y bebida de la mesa del rey. Pero Daniel sabía que estos favores especiales eran diseñados para integrarles a una cultura que no honraba a Dios.
Daniel 1:8
“Pero Daniel se propuso no contaminarse con la comida y el vino del rey, así que le pidió al jefe de oficiales que no lo obligara a contaminarse.”
Aunque Daniel estaba determinado a no participar en las maneras de los oficiales, su estrategia inicial era cortésmente pedir permiso para que el y sus amigos pudieran mantener sus convicciones. Daniel estaba determinado, pero también entendía la importancia de servir a Dios a través de su interacción con otra gente.
Daniel continuó ministrando en esta tierra extranjera por más de sesenta años. Fue consultor respetado de cuatro reyes diferentes y les enseñó muchas lecciones acerca del Único Dios Verdadero. Durante este tiempo, su fe fue severamente probada y con frecuencia enfrentó grandes presiones para adoptar un sistema de valores de la gente sin Dios. Pero Daniel estaba preparado con una determinación que iba a continuar siguiendo a Dios y solamente a Dios.
Muchos de nosotros vivimos en un ambiente que es hostil a los caminos de Dios. Algunos se encuentran en ambientes de trabajo que activamente promuevan actividades seculares y atacan aquellos que aún mencionan a Dios. Muchos mas de nosotros enfrentamos hostilidades sutiles de un sistema mundial que llama a la fe muleta para los débiles sin educación; y enseñan una verdad que es relativa y que continuamente cambia. Muchos líderes en el ministerio enfrentan presiones para diluir la verdad del evangelio en el nombre de una vista distorsionada de la gracia, tolerancia, y la importancia de incrementar la membresía.
Tenemos que proponernos a no contaminarnos comprometiendo nuestras convicciones o bajando nuestros estándares – es necesario que nuestras vidas igual como nuestro mensaje permanezcan fieles a la Palabra de Dios. Pero también debemos mantener las puertas abiertas para la oportunidad de ministrar y alumbrar Su luz en la oscuridad. Nuestras convicciones tienen que permanecer firmes; y aún, deben estar implementadas con gracia verdadera y compasión. Mostremos al mundo a nuestro alrededor el amor de Dios que nunca cambia y que nunca falla a través de una firme y suave resolución.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios