Joacim fue rey de Judá justo antes de la primera invasión Babilónica en el año 605 A.C.. El estaba cómodo en la seguridad del Palacio, y una alianza con los Egipcios lo hacía sentir aún más protegido. Pero Joacim condujo a la gente de Judá más lejos de Dios; “El hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que sus padres habían hecho” (2 Reyes 23:27).
Dios envió al profeta Jeremías a prevenir a Joacim y a la gente de Judá que un desastre vendría si ellos no se arrepentían; “Si no me oyereis para andar en mi ley, la cual puse ante vosotros…, yo pondré esta casa como Silo, y esta ciudad la pondré por maldición a todas las naciones de la tierra” (Jeremías 26:4,6). Pero con todas sus necesidades y deseos satisfechos – y libre de todos sus temores – Joacim no veía una sola razón por la cual escuchar a Dios.
Jeremías 22:21
“Te he hablado en tus prosperidades, mas dijiste: No oiré. Este fue tu camino desde tu juventud, que nunca oíste mi voz.”
Invertimos la mayoría de nuestra vida construyendo seguridad en nuestro trabajo, en las finanzas, y en nuestras relaciones. Pero la seguridad dentro del sistema del mundo es demasiado superficial y engañosa; “No os hagáis tesoros {seguridad} en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan” (Mateo 6:19). Debemos estar agradecidos por cada una de nuestras bendiciones terrenales, pero NUNCA debemos recibir nuestra “seguridad” del mundo. Nuestra dependencia completa siempre debe permanecer en nuestro Padre Celestial y nuestros ojos y oídos deben estar continuamente abiertos a Su guía.
Nuestro caminar diario está hecho de un paso lento a la vez mientras “Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia” (Proverbios 3:5). Usualmente, solo se nos permite ver pocos de los próximos pasos; “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino” (Salmos 119:105). Pero nuestra verdadera seguridad, paz y confort, viene de simplemente saber que estamos en Su camino, no de sentir que controlamos la dirección de nuestro viaje.
La seguridad verdadera empieza con la fe en Jesucristo y un amor puro que fluye de lo más profundo de nuestro corazón. Aún actividades como asistir a la iglesia, estudiar la Biblia, o trabajar en varios ministerios no significan nada sin amor basado en la fe; y estas actividades que se hace con buenas intenciones se convierte en una falsa seguridad cuando estos reemplazan la necesidad de atenerse a la presencia de Dios o la búsqueda diaria de su dirección.
No permitamos que nuestras vidas desarrollen un sentido de seguridad que elimina la necesidad de Dios y nuestra sed por Su presencia. Nuestro caminar de fe siempre requerirá entrar en lo desconocido donde el único que tenemos viene de arriba; y una confianza amorosa es segura que Su provisión es suficiente! Apoyémonos en El, amemosle, y acerquémonos aún más. Busquemos verdadera seguridad estando solamente seguros en Su presencia.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios