Mientras Jesús hablaba a un Fariseo llamado Nicodemo, El dijo, “el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3). El después explicó que “nacer de nuevo” como un nacimiento Espiritual ocurre cuando creemos; “para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). TODO AQUEL que pasará la eternidad en la presencia de Dios debe nacer del Espíritu – es imposible ser un Hijo de Dios sin “nacer de nuevo.”
Este nacimiento Espiritual es parte del Nuevo Pacto, a través de la fe en Jesús y fue revelada más de 500 años antes de Cristo por medio del profeta Ezequiel; “y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos” (Ezequiel 36:26-27). Pablo se refiere al nacimiento Espiritual como “las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17). Pero mas frecuentemente se refiere a ello, simplemente como ser salvo; “nos salvó, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3:5).
El proceso de nacimiento Espiritual es relativamente fácil de explicar – Dios nos alcanza y transforma nuestro corazón por el poder de su Espíritu. Sin embargo, los eventos exactos que nos conducen al nacimiento Espiritual (y cuando el nacimiento ocurre realmente) se mantiene de algún modo oculto. Por un lado la Palabra de Dios es muy simple y clara; “Cualquiera que crea será salvo.” Pero entender lo que realmente significa creer puede ser complicado. Podemos hablar de sumisión, obediencia, sacrificio, amor o la fe básica de un niño y ésta siempre se quedará corta de la verdadera definición de creer.
Sólo Dios puede salvar; sólo El juzga; y únicamente El puede ver dentro de las partes más profundas de nuestro corazón y determinar nuestra verdadera creencia. Todo lo que podemos hacer es buscarlo con todo nuestro corazón – y confiar que El será encontrado.
Mateo 7:7-8
“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.”
Nuestra Salvación fue iniciada por Dios cuando Jesucristo vino a la tierra y murió como un sacrificio perfecto por nuestros pecados. El nos eligió para una íntima y eterna relación cuando su Espíritu Santo comenzó a llamarnos. Y, si no hacemos más que responder a su llamado y comenzar a buscar su rostro, El será encontrado. En un instante, que solo El determina de acuerdo a Su perfecto tiempo, El transformará nuestro corazón y nos adoptará como Sus Hijos.
Nosotros quizá no estemos en la capacidad de explicar o aún de completamente comprender la creencia verdadera, pero si hay algún llamado de Dios en nuestro corazón, PODEMOS preguntar, buscar, y tocar a la puerta. Dios nunca se esconde, ni corre de nosotros; “ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros” (Hechos 17:27). El espera que le encontremos y llamemos Su Nombre. Ahora, confiemos que El será encontrado mientras le damos a El todo nuestro corazón y continuemos buscandole.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios