En el mensaje “El Ejemplo de Bernabé” vimos como Bernabé jugó un papel esencial en el ministerio de Pablo. El decididamente presentó a pablo a los apóstoles en Jerusalén (Hechos 9:27) y luego buscó a Pablo cuando el escapó de Jerusalén hacia su casa en Tarso (Hechos 11:25-26). Después de llevar a Pablo a Antioquia, Bernabé se quedó con el por muchos años mientras ellos animaban a la iglesia – y entre ellos.
Ser un consolador fue un modo de vida para Bernabé. Su nombre era originalmente José, pero, aún antes de encontrar a Pablo, los apóstoles habían comenzado a llamarle “Bernabé (que traducido es, Hijo de Consolación o Hijo Motivador)” (Hechos 4:36). Bernabé fue capaz de evaluar a otras personas de acuerdo a sus habilidades en Cristo – una habilidad determinada por Sus fuerzas y no limitada por sus fracasos pasados. Esto permitió a Bernabé ver el gran potencial donde otros solo veían debilidades y animarlos cuando otros se daban por vencidos.
Bernabé fue con Pablo en su primer viaje misionero en donde conjuntamente proclamaron el nombre de Jesús en todo lugar que visitaron. Otro hombre joven, llamado Marcos, comenzó este primer viaje misionero pero luego se regresó. Esta aparente falta de perseverancia molestó a Pablo tanto que en su segundo viaje misionero se negó a llevar a Marcos con el.
Hechos 15:37-39
“Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra. Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre.”
Bernabé vio el potencial dado por Cristo al joven Marcos y lo animó así como lo hizo con Pablo muchos años antes. Como resultado, Marcos maduró en su ministerio y fielmente continuó en su servicio a Jesús. El ministró al lado del Apóstol Pedro (2 Pedro 5:13), fue reunido con Pablo (Colosenses 4:10, Filemón 24), y más tarde escribió el primer relato del Evangelio – el evangelio de Marcos.
La iglesia temprana enfrentó muchas dificultades – muchas oportunidades para el desánimo – pero Dios usó a Bernabé para fortalecer a los que habían sido llamados a los frentes de batalla. No todos podemos predicar frente a grandes multitudes o viajar como misioneros a tierras extrañas, pero TODOS tenemos la habilidad de animar a aquellos que Dios pone en nuestro camino.
El mundo está lleno de gente clamando por alguien que los ayude y crea en ellos. Vidas pueden ser cambiadas, familias restauradas, comunidades completas y aún naciones pueden ser dramáticamente cambiadas hacia Dios si cada uno de nosotros anima a otros a caminar más cerca de nuestro Padre Celestial, a amarle más, y a confiar en El con todo nuestro corazón. Compartamos el amor de Jesús y efectivamente ministremos observando a otros y luego tomando acción como Hijo Motivador.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios