En el mensaje “Para que Nosotros Sepamos” vimos algunos indicadores de la vida de un “nacido de nuevo”. Vimos que tales vidas deben ser caracterizadas por el amor; “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos” (1 Juan 3:14). Aún cuando amar a otros no nos hace salvos, Juan convincentemente establece que si somos verdaderamente salvos nos amaremos los unos a los otros; “El que no ama, no ha conocido a Dios” (1 Juan 4:8).
Es interesante notar que en los cinco capítulos de 1 Juan, la palabra amor es usada 46 veces. Si el amor es tan importante, nosotros debemos comprender lo que significa.
1 Juan 3:16-18
“En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.”
Juan está diciendo que Jesús estableció el ejemplo para el amor y que nuestro amor por otros es el resultado directo del amor de Dios en nosotros. Cuando amamos a Dios y sometemos nuestra vida a Jesucristo, Su amor nos llena y sobreabunda hacia la vida de los que nos rodean. Si el amor por otros es escaso, debemos poner a un lado nuestra vida e incrementar nuestro amor por Dios; un incremento de nuestro amor por Dios automáticamente incrementará nuestro amor por otros.
Juan también dejó claro que el amor de Dios hacia otros no es simplemente un “sentimiento” emocional o palabra amable. Cuando comenzamos a comprender el amor de Dios para nosotros – cuando obtenemos aún un vistazo de su misericordia y amor en darnos a Su Hijo – somos impulsados a expresar nuestro amor con acciones significantes tales como subsanar necesidades físicas, de buena gana perdonando los errores, y mostrando la compasión de Dios cuando otros nos dañan. Dios desea tanto estar con nosotros por toda la eternidad que dió a Su Hijo y nos amó hasta la cruz. Debemos amar a los demás de la misma manera, “porque el nos amó primero” (1 Juan 4:19).
Nuestro amor por Dios es demostrado por nuestro verdadero amor por otros. Jesús dejó esto claro cuando dijo; “en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40). Estamos realmente amando y sirviendo a Dios cuando amamos y servimos a otros: “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí” (Mateo 25:35-36).
El amor debe ser parte integral de nuestro caminar Cristiano. El amor debe ser dirigido hacia arriba; “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón” (Marcos 12:30), y el amor debe ser dirigido hacia afuera; “Áma a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos 12:31). Amemos como Jesús nos amo! Busquemos formas de amar con más que palabras – amemos con un amor activo.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios