En el mensaje “Reconciliémonos Unos Con Otros” vimos que es parte del plan de Dios para nosotros, a través del arrepentimiento y fe en Jesús, que nos reconciliemos con nuestro Padre Celestial, y luego que enmendemos y fortifiquemos relaciones con otros. No solamente las relaciones nos dan oportunidad de expresar nuestro amor y gratitud a Dios, sino ellas pueden también fortalecer nuestra fe y nos enseñan acerca de nuestras debilidades.
La importancia de las relaciones no es un nuevo concepto el cual arribó con Jesús; más bien, forman la propia esencia de lo que nosotros somos, “No es bueno que el hombre esté solo” (Génesis 2:18). Dios nos pudo haber creado para estar aislados, pero no lo hizo! Fuimos creados en realidad para necesitarnos unos a otros. Casi tres mil años atrás, Salomón escribió sobre la importancia de tener relaciones alentadoras.
Eclesiastés 4:9-12
“Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse? Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!”
Mientras vemos a muchos de los creyentes dispersos por todo el mundo, nos damos cuenta de las maneras en que somos diferentes así también como las maneras en que somos iguales. Tenemos diferentes colores de piel y estilos de ropa, diferentes gustos para la comida y acentos al hablar; pero todos tenemos sueños parecidos, y enfrentamos similares tipos de pruebas y tentaciones. Y TODOS necesitamos el mismo Salvador!
Dios ha tomado un grupo diverso de personas y nos ha formado en el Cuerpo de Cristo; “De hecho, aunque el cuerpo es uno solo, tiene muchos miembros, y todos los miembros, no obstante ser muchos, forman un solo cuerpo.” (1 Corintios 12:12). Pero temo que nuestro enfoque egoísta de satisfacer nuestras propias necesidades y alcanzar nuestros propios deseos nos ha dejado lisiados y deformados. Tenemos que entender que como “un solo cuerpo” desesperadamente necesitamos uno del otro; “Si uno de los miembros sufre, los demás comparten su sufrimiento” (1 Corintios 12:26).
Nunca alcanzaremos nuestro completo potencial en Cristo hasta que cada miembro del cuerpo esté motivado y guiado por Su Espíritu. Cuando vemos caído a un hermano o hermana, tenemos que hacer todo en nuestro poder para levantarlos, sacudirlos, y apuntarlos hacia el Padre. Para el bien de nuestra propia salud Espiritual, debemos regresar a un entendimiento más profundo y un mayor compromiso con Su Familia – así fuimos creados!
Miremos con nuevos ojos al Cuerpo de Cristo. Hay mucha gente alrededor que necesita ánimo, y también hay aquellos que tienen la habilidad de animar a nosotros. Identifiquemos las cuerdas que Dios ha puesto en nuestra vida y pasemos el tiempo necesario para trenzarlas en algo fuerte y bello. Fortalezcamos Su Cuerpo ahora formando inquebrantables cuerdas de ánimo.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios