En el mensaje “Cuerdas de Animo” vimos la importancia – aún la necesidad – de animarnos unos a otros. Hemos sido unidos como el Cuerpo de Cristo; y para que este Cuerpo funciona apropiadamente, todos debemos ser animados para acercarnos a Dios – a confiar más en El con todo nuestro corazón. Una de las formas en que animamos, es compartiendo unos con otros como la mano poderosa de Dios ha obrado en nuestra vida. Tenemos mucho por lo que estar agradecidos, pero tristemente a menudo lo olvidamos.
En el libro de 1 Samuel, leemos sobre el joven David y el Filisteo “Gigante” llamado Goliat. Goliat era más grande que la gente de su tiempo; “tenía una estatura de casi tres metros” (1 Samuel 17:4). Por cuarenta dias el atormentó a los Israelitas retándolos a una batalla, pero ninguno aceptaba su reto.
David no era un soldado, pero su padre lo envió al campo Israelita a entregar pan a sus hermanos mayores. Cuando David escuchó el reto de Goliat, le dijo al Rey Saul; “tu siervo irá y peleará contra este filisteo” (1 Samuel 17:32).
Aún cuando David nunca había estado en una batalla, el había visto el poder de Dios. Como pastor, David defendió el rebaño cuando un leon y un oso atacaron sus ovejas. David rescató a las ovejas matando el leon y el oso. Por haber visto estas pasadas batallas, David ganó la confianza necesaria para ir a la batalla contra Goliat.
1 Samuel 17:36-37
“Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo.”
Mientras nos encontramos luchando con nuestros propios Goliats, debemos recordar como Dios nos ha defendido en el pasado; y como una Familia, debemos compartir victorias pasadas con los demás. Dios es fiel, y necesitamos recordarnos unos a otros esta simple verdad. Nuestras circunstancias “Gigantes” pueden parecer imposibles de resolver, pero el Dios que estuvo de nuestro lado en pasadas batallas (y estuvo al lado de nuestros Hermanos y Hermanas) es el mismo Dios que esta con nosotros ahora: “porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré” (Hebreos 13:5-6).
Dios quiere acercarnos y caminar con nosotros a través de cada batalla. Esto significa que debemos confiar que el esta obrando todo para el bien…aún cuando no podamos ver lo bueno o comprender Su tiempo. Seamos animados por las victorias de Dios en nuestro pasado y busquemos oprtunidades para compartir estas victorias para animar a otros. Mientras que cada uno de nosotros enfrentamos nuestros Goliats ahora, salgamos con un corazón agradecido y confiado y siempre recordemos los leones y osos vencidos.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios