Después que Jesús resucitó de la muerte y “fue llevado al cielo” (Lucas 24:51), aquellos que creyeron en El “en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración” (Hechos 1:14), “Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles” (Hechos 2:42), y “compartían la comida con alegría y generosidad” (Hechos 2:46). Los primeros creyentes hicieron naturalmente lo que ahora tratamos de implementar en nuestras iglesias – oraban, estudiaban, y se congregaban. Pero ellos tenían una característica adicional en sus reuniones que ninguna cantidad de programas podría producir.
Hechos 2:43
“Todos estaban asombrados…”
Estar “llenos de asombro” significa tener un irresistible sentido de “temor reverente, admiración y asombro.” Este es el mismo significado usado por Salomón cuando escribió: “El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor” (Proverbios 9:10). Nuestro entendimiento de Dios comienza con un temor reverente – una admiración y un santo asombro – que nos obliga a arrodillarnos en adoración.
Los primeros creyentes sabían que ellos estaban enmedio de la mano de Dios y estaban admirados; Pero ahora muy a menudo nos menospreciamos Sus maravillas. Nos olvidamos del milagro de: “Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra” (Génesis 1:1); la maravilla de: “Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios…Hombre y mujer los creó” (Génesis 1:27); y la increíble maravilla de Su amor: “Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
Solo estos versículos deberían de inspirar una vida llena de adoración – pero Dios nos ha dado mucho mas. Nos ha dado Su Espíritu para guiarnos y consolarnos; y la totalidad de Su palabra para revelar la plenitud de Su carácter y la grandeza de Su majestad. Cerca de sesenta años después de que Jesús regresó al cielo, Al apóstol Juan le fue dada una visión del cuarto del trono de Dios para poder motivarnos acerca de la futura gloria que un día vamos a ver.
Apocalipsis 4:2-8
“Al instante vino sobre mí el Espíritu y vi un trono en el cielo, y a alguien sentado en el trono…Un arco iris que se asemejaba a una esmeralda, Rodeaban al trono…alrededor del trono, había cuatro seres vivientes.. Y día y noche repetían sin cesar: “Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era y que es y que ha de venir.”
Entender la maravillosa gloria del cielo puede hacer nuestras pruebas diarias mucho menos pesadas!
Reflexionemos en el milagro de la creación de Dios, Su plan de redención a través de Jesús, y la verdadera majestuosidad de Su Reino. Comenzaremos a experimentar todo lo que Dios ha planeado para nuestras vidas, y la vida de nuestra iglesia local, si regresamos a la verdadera reverencia y maravilla de nuestro Señor. Nuestras vidas pueden ser realizadas y nuestra adoración será completa solamente cuando nos acercamos a nuestro Padre Celestial, una vez mas, llenos de asombro.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios