A menudo se nos recuerda de nuestra necesidad de invertir tiempo en oración y en el estudio de la Palabra de Dios. Estas disciplinas esenciales nos permiten morar en la presencia de Dios y “escuchar” cuando El nos llama a la acción; también son necesarias para fortalecer nuestra fe a fin de seguir obedientemente donde El nos lleve.
La Palabra de Dios nos anima a que cuando El llama, El también provee las herramientas necesarias para la tarea; “Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y potencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda” (2 Pedro 1:3). También nos da confianza que en la manera que respondemos, nunca estaremos solos; “Nunca te dejaré; jamás te abandonaré” (Hebreos 13:5). Pero la Palabra de Dios también implica responsabilidad; Su llamado dice que El ha hecho Su elección – El nos ha elegido a nosotros para tomar parte de Su maravilloso plan y, en fe, debemos responder siguiendole.
Después de entregar muchos de los mensajes de Dios a la gente de Israel – llamándolos al arrepentimiento y a regresar a la adoración del Único Dios Verdadero – El profeta Jeremías se impacientó con el tiempo de Dios: “quisiera exponerte algunas cuestiones de justicia. ¿Por qué prosperan los malvados? ¿Por qué viven tranquilos los traidores?” (Jeremías 12:1). Jeremías se quejó acerca del tiempo que tuvo que esperar para que los malvados serían castigados. El estaba siguiendo a Dios y llamando a otros a hacer lo mismo, pero impíos parecían continuar viviendo la “buena” vida. Esto suena mucho como la forma en que nos quejamos ahora. La respuesta de Dios no fue exactamente lo que Jeremías estaba esperando recibir.
Jeremías 12:5
“Si los que corren a pie han hecho que te canses, ¿cómo competirás con los caballos? Si te sientes confiado en una tierra tranquila, ¿qué harás en la espesura del Jordán?”
Dios le dijo a Jeremías que la situación en Israel se pondría peor en los próximos días; El preguntó a Jeremías si el estaba realmente listo para el reto. Jeremías había sido llamado para ser el mensajero de Dios y ahora no era el tiempo de quejarse – esta era la oportunidad para ser un soldado y confiar con TODO su corazón; era el tiempo de renovar las fuerzas, y presionar hacia el cumplimiento de la meta.
Nuestro Padre Celestial nos ama profundamente y desea una eternidad de íntima relación. El es un Dios de gran consuelo, pero El es también nuestro Comandante General, quien nos reta a prepararnos para las batallas Espirituales que vienen. Tan malo e injusto como a veces parece este mundo, las condiciones del presente estan preparándonos para las batallas de mañana. Debemos confiar ahora más que nunca que Dios eligió a la persona correcta cuando el nos dió nuestra tarea. El ha hecho Su llamado y promete proveer todas las herramientas necesarias en el tiempo apropiado.
Invirtamos mas tiempo de adoración a Sus pies y amémosle con todo nuestro corazón. Descansemos en Su fuerza y confiemos en Su entendimiento – acerquémonos más a Su lado y siempre estemos preparados para seguir.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios