Cuando el Apóstol Pablo se encontró a Jesús en el camino a Damasco, su vida fue cambiada para siempre. Antes de encontrarse con Jesús, Pablo estaba “respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor” (Hechos 9:1). Después del encuentro con Jesús y siendo llenado con el Espíritu Santo, Pablo “predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios” (Hechos 9:20).
A Pablo se le dió la tarea de predicar el evangelio de la gracia de Dios a través de la fe en Jesús – y el lo haría por el recordatorio de su vida. Pablo enfrentó muchas pruebas. Se enfrentó con aquellos que deseaban matarlo y con otros que simplemente rechazaban escuchar su mensaje…pero Pablo seguía adelante.
Colosenses 1:29
“Para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.”
Pablo “trabajó” y “batalló” con la tarea que se le había dado. Pero en lugar de depender en sus propias fuerzas y habilidades, Pablo aprendió a laborar con la energía de Jesús.
La palabra que Pablo utilizó por “energía” se refiere a la efectiva obra de Dios a través de un individuo. Pablo utilizó esta misma palabra cuando le escribió a la iglesia en Efeso para describir el poder que todos los creyentes han recibido de Dios; “y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza (energía), la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales” (Efesios 1:19-20).
Dios ha provisto Su fuerza, la misma fuerza que fluyó en Jesús y lo levantó de los muertos. Este es un extraordinario regalo – pero es uno que usamos raras veces. Con Su energía recibimos dirección y propósito; somos capaces de enfocarnos en Sus prioridades y cumplir lo que El desea. Sin Su energía continuamos saltando de tarea en tarea en busca de un significado, y nunca realmente logramos algo de valor eterno.
Habrá tiempos de tremendas adversidades en que Dios simplemente se pone al frente y directamente pelea contra el enemigo. Pero, para la mayor parte de nuestro viaje, Dios permite que continuemos en nuestras labores y batallas diarias para cumplir Su obra. Jesús dice que la carga de esta labor será tremendamente aligerada en la medida que aprendamos a pegarnos a El y caminar a Su lado “porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:30).
Fracasamos solamente cuando fracasamos en confiar; “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). La provisión de Dios siempre será suficiente para continuar en Su camino. El camino de Dios ciertamente puede cambiar y ser dificil de vez en cuando, pero el SIEMPRE temprano rendirse – debemos continuar. Podemos hacer TODAS las cosas y encontrar gran llenura cuando nos aferramos a Cristo y trabajamos con toda SU energía.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios