En el mensaje “Recordemos Lo Básico” vimos la importancia de regresar a menudo a las verdades fundamentales de nuestra fe. Somos llamados a crecer y madurar, pero nunca a “crecer” de tal manera que seamos conducidos lejos de la simple e inmutable verdad: Dios nos ama tanto que proveyó una manera de restaurar la relación con El por medio de la fe en Su Hijo. Jesús murió para que nosotros pudiéramos vivir! ¿Nos maravillamos aún ante este acto de amor, o hemos “madurado” en temas más “importantes”?
Mateo 18:3
“Y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.”
Cuando mi hija tenía cuatro años de edad, le leí la historia del joven Samuel. Mientras discutíamos esta historia, mi hija me mostró la emocionante fe que Dios quiere que mantengamos.
Como un joven muchacho, Samuel anduvo ministrando con un viejo sacerdote llamado Elí. Una noche Dios llamo a Samuel, pero Samuel pensó que era la voz de Elí. Elí le dijo que el no lo había llamado, que regresara a su cama. Después que Dios llamó unas cuantas veces más, Samuel se dió cuenta Quien estaba llamando y respondió: “Habla, porque tu siervo oye” (1 Samuel 3:10). Dios entonces le dió a Samuel un mensaje – pero el mensaje era todo acerca de Elí.
Mi hija preguntó, “¿Por que Dios le habló a Samuel si el mensaje era para Elí?” Hablamos acerca de como debemos estar listos y dispuestos a escuchar a Dios. Yo le dije que Elí debe haber tenido algunos problemas o distracciones en su vida que le impedían oír a Dios, entonces Dios dió Su mensaje a través de un hijo. Le dije que los niños (como ella) pueden con frecuencia escuchar la voz de Dios mejor que la gente mayor (como yo).
“Pero, yo no escucho a Dios hablandome,” dijo ella, con un poco de desilusión en su voz. Le expliqué cómo Dios usualmente habla de manera que no podemos oírlo con nuestros oídos; en lugar de eso, Su Espíritu habla a nuestro corazón y lo escuchamos mientras escuchamos nuestro corazón. Sus pequeños ojos se ensancharon, “Como ahora cuando estuve apunto de sentarme en uno de los juguetes del bebe – Jesús le habló a mi corazón que soy muy grande y que no debía hacerlo y yo escuche lo que El dijo.”
Yo la animé a ella diciendole que esta es exactamente la forma en que Dios nos habla, solo necesitamos aprender como escuchar y después obedecer. Mi hija pensó por un momento y luego despacio movió su cabeza con asombro: “¡Eso es excelente!!”
Padre Celestial, oro para que Tu Palabra nunca se convierta en una interesante colección de historias. Tu nos creaste, nos amaste, y un día nos llamarás a Casa para estar contigo por toda la eternidad – y Padre, eso es excelente!! Ayudanos a venir a tu presencia con un corazón agradecido y amoroso. Fortalece nuestra fe cada día y permitenos ver cada día Tus maravillas y a Ti con un asombro infantil.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios