Josué era el comandante de campo de Moisés en la lucha contra los Amalakitas (Éxodo 17:9) y su asistente cuando la Ley fue dada en el Monte Sinaí (Éxodo 24:13). Después de explorar inicialmente la tierra de Canaán, Josué fue uno de los dos hombres que advirtió a los Israelitas de confiar en Dios y entrar en la tierra prometida (Números 14:6-9). Cuando la gente lo rechazó, Josué recibió 39 años adicionales de entrenamiento en liderazgo de Moisés mientras los Israelitas eran conducidos a través del desierto.
Luego Dios eligió a Josué para suceder a Moisés; “por el dicho de él saldrán, y por el dicho de él entrarán, él y todos los hijos de Israel con él, y toda la congregación” (Números 27:21). Después que Moisés murió, Dios le dió las instrucciones finales a Josué antes de liderar a la gente hacia la tierra de Canaán.
Josué 1:9
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”
Josué tendría que enfrentar muchas batallas y liderar a grandes multitudes de personas, de manera que Dios repitió Su incentivo varias veces…”Se fuerte y valiente!”
Esta es una maravillosa exhortación para nosotros hoy. Dios nos ha dado Sus instrucciones, nos ha fortalecido con Su Espíritu, y nos ha dicho que valientemente procedamos en Su camino sabiendo que El está de nuestro lado a donde sea que vallamos. Pero hay una lección adicional que Dios desea que todos Sus hijos aprendan.
Antes de su primera batalla en Canaán, Josué “alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano” (Josué 5:13). Esto causó en Josué una evidente preocupación, entonces el se aproximó al hombre y preguntó; “Eres tu de los nuestros o de nuestros enemigos?”
Josué 5:14
“El respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?”
Hemos sido llamados a ser valientes, pero nuestra valentía siempre será para nuestro propio servicio a menos que nos sometamos totalmente al liderazgo de Dios – a menos que digamos con completa humildad: “Señor, Tu eres el Comandante y este es Tu ejército. Voy a luchar con fuerza y valentía, pero estas son Tus batallas. ¿Que quieres que yo haga, y a donde quieres que valla?” Mientras valientemente vamos hacia adelante a la Tierra Prometida de Dios, nuestras ordenes de marcha son claras: debemos siempre ser fuertes, valientes y humildes.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios