En el mensaje “Sanidad Eterna” vimos que el plan de Dios frecuentemente permite pruebas para el propósito de llevarnos a un entendimiento más profundo de Su gloria. Dios desea que quitemos nuestros ojos de las cosas que podemos ver y que empecemos a confiar en las cosas que no vemos; “lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno” (2 Corintios 4:18).
Esta lección es obviamente importante mientras enfrentamos tribulaciones, pero es aún mas importante cuando terminan las pruebas. Las cosas temporales de este mundo (aún las cosas buenas y sanas) nunca pueden satisfacer los deseos profundos de nuestro corazón. Siempre tendremos hambre de mas hasta que coloquemos nuestra vida entera en la mano invisible de Dios – la misma mano amorosa que contiene toda la creación.
Confiar en lo que no vemos es la esencia pura de nuestra fe; “Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). Nunca encontraremos contentamiento verdadero y paz hasta que completamente “Confía(mos) en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia” (Proverbios 3:5). Nuestra confianza debe de ser consistente y que penetre en cada área de nuestras vidas.
Si decimos que confiamos en Cristo Jesús, quien “estaba con Dios en el principio” (Juan 1:2), y quien “siendo por naturaleza Dios” (Filipenses 2:6), vino a morir para que pudiéramos vivir; “En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados” (Efesios 1:7), entonces tenemos que también confiar que “Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman” (Romanos 8:28). Decir que confiamos en Jesús para nuestra eternidad sin confiar en El para guiar y protegernos durante nuestro caminar diario es como confiar en la necesidad del aire mientras nos negamos a respirar. Ambos son falsas confianzas que últimamente terminarán en muerte.
Romanos 8:32
“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?”
Dios nos ama tanto que El nos dio absolutamente Su mejor; “en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8). Este amor nos asegura que nos dará exactamente lo que requerimos para llegar a ser hijos e hijas que glorifiquen Su nombre. Dios no se rendiría ante un proyecto que Le costó la vida de Su Hijo; “el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús” (Filipenses 1:6).
Cuando entregamos nuestras vidas a El a través de la fe en Jesús, tenemos que también confiar que El no permitirá que el fuego sea mas caliente de lo que podemos soportar o que la carga sea mas pesada de lo que podemos sostener – El nunca nos dejará ni nos desamparará (Hebreos 13:5). Tenemos que confiar en Jesucristo para el perdón de nuestros pecados y después enfocarnos en lo eterno mientras vivimos una vida de confianza consistente.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios