En el mensaje “Trabajando en Vano” vimos que debemos quitarnos del proceso de construcción y permitir que Dios construya cada área de nuestra vida. Aún así siempre debemos poner nuestro esfuerzo – algunas veces un GRAN esfuerzo – pero no podemos seguir construyendo de acuerdo a nuestro propio plan o confiar en nuestras propias habilidades; “Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican” (Salmo 127:1).
También vimos que una forma de asegurarnos que Dios esta construyendo es vivir de acuerdo a la verdad de Su Palabra y “sed hacedores de la palabra” (Santiago 1:22). No podemos servir a nuestro Padre Celestial sin alinear nuestra vida con su palabra. Al final del mensaje conocido como “El Sermón del Monte” (Mateo 5-7), Jesús estableció la importancia de ser obedientes a Su Palabra.
Mateo 7:24-27
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.”
En este maravilloso mensaje en la montaña, Jesús enseño acerca de la Salvación “Entrad por la puerta estrecha” (Mateo 7:13), pero él también enseñó extensamente sobre lo básico de una vida Cristiana – a lo que Pablo se refiere como “andemos también por el Espíritu” (Galatas 5:25). Jesús dijo que ambos el tonto y el prudente escuchan las palabras y construyen una casa, pero solo un hombre siguió el diseño de Dios – y solo una casa se mantuvo en pié después de la tormenta.
La Salvación nunca se gana “haciendo”. Pero los verdaderos creyentes se esforzarán por ser obedientes a lo que Jesús enseño; “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, sereis verdaderamente mis discípulos” (Juan 8:31). Somos obedientes porque nuestros corazones han sido transformados y el Espíritu ahora nos impulsa a seguir; “Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos” (1 Juan 2:3). Podríamos tropezar o a veces caer, podríamos frustrarnos por la frecuencia de nuestras caídas, pero si somos salvos continuaremos levantandonos y avanzando hacia la obediencia debido a quienes somos en Cristo!
A cada uno se nos ha dado la opción de como construir nuestra vida – nuestra manera o la manera de Dios. Debemos permitir a nuestro Padre celestial convertirse en nuestro Maestro Constructor. Debemos confiar en El con TODO nuestro corazón, mientras Su plan para nuestras vidas es descubierto. El promete trabajar a través de nosotros para construir algo eternamente hermoso que aguantará toda tormenta. Pero Su promesa solo esta aplicada en la manera que le permitimos construir nuestras vidas sobre la roca de la obediencia.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios