Después de entrar en la tierra prometida, los Israelitas fueron gobernados por una serie de Jueces. Este tiempo estuvo caracterizado por la disciplina de Dios cuando los corazones de Sus Hijos se desviaban, y de entrega cuando se arrepentían y clamaban por ayuda. ¡Desafortunadamente, este ciclo se repitió muchas veces! Devora lideró a los Israelitas por cuarenta años, pero después; “Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de Madián por siete años” (Jueces 6:1).
Después de siete años de opresión, “De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos de Israel clamaron a Jehová” (Jueces 6:6). Los Israelitas estaban viviendo en tal temor que cuando Dios respondió a su clamor y llamó a Gedeón para ser el próximo libertador de Israel, el estaba “sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas” (Jueces 6:11). Gedeón eventualmente conduciría a un pequeño ejercito a la victoria y gobernaría a Israel por cuarenta años; pero cuando Dios lo llamó, el estaba temerosamente sacudiendo los granos para la próxima porción de pan.
Jueces 6:14-15
“Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo? Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.”
Gedeón estaba atemorizado y se vio a sí mismo como alguien con poco valor, “el menor en mi familia,” pero Dios vio al próximo valiente líder de la nación. Gedeón vio debilidad, pero Dios vio fuerza. Gedeón vio sus fracasos del pasado, pero Dios vio las futuras victorias de un guerrero poderoso. La visión de Gedeón lo obligaba a trabajar con temor por su próximo pan, pero la visión de Dios estaba llamando a Gedeón para que con valentía condujera a otros más cerca de Su lado.
Dios ve a cada uno de nosotros diferente de como nos vemos nosotros mismos; “pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” (1 Samuel 16:7). No sólo ve Dios mas profundamente, si no que nos ve en un espectro Espiritual expandido que apenas podemos imaginar. Nuestro Padre está íntimamente alerta de todas nuestras caídas – ¡y nos ama de todas maneras! El no solo ve quienes somos, sino también en quien nos convertiremos cuando nuestro corazón esté totalmente dedicado a El y aprendamos a caminar en sintonia con Su Espíritu…El ve cada oportunidad que vamos a tener para glorificar Su nombre.
Pongamos a lado el equipaje de nuestro pasado que nubla y distorsiona nuestra vista. Rechacemos vernos a través del filtro de nuestro presente comprendiendo nuestras limitaciones percibidas; “no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven” (2 Corintios 4:18). Dios nos ha llamado a Su Glorioso Reino, únicamente equipados para Su servicio, y dándonos la labor de compartir Su amor y verdad. Nuestro Padre Celestial ve todo nuestro potencial mientras caminamos en Sus fuerzas. Respondamos el llamado y movámonos hacia adelante con confianza mientras confiamos en Su visión.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios