En el mensaje “Nunca Permitan que lo Olviden” fuimos retados a compartir continuamente el regalo milagroso de Dios con aquellos que El pone en nuestro camino. Lo considerábamos principalmente desde la perspectiva de compartir lo que Dios ha hecho en nuestra vida y lo que continua haciendo mientras caminamos con El. Pero también somos responsables para compartir la verdad absoluta acerca de Dios y Su inmutable plan de perdón, gracia, fé y amor.
Judas escribió solamente una breve carta (25 versículos) de la Biblia. Empezó la carta con un deseo de motivar sus hermanos creyentes con el gozo de la Salvación; pero al solo comenzar, el realizó que Dios le estaba dirigiendo a escribir un mensaje diferente.
Judas 3
“Queridos hermanos, he deseado intensamente escribirles acerca de la salvación que tenemos en común, y ahora siento la necesidad de hacerlo para rogarles que sigan luchando vigorosamente por la fe encomendada una vez por todas a los santos.”
Hay gran gozo en nuestra Salvación – un gozo que es necesario compartir. Pero hemos sido encomendados con la verdad del mensaje del evangelio, y esta verdad es frecuentemente bajo ataque.
De la manera que nos acercamos a Dios y comenzamos a entender Su perfecta santidad, se nos hace mas claro también la pecaminosidad total del hombre y que está perdido sin Jesús. Cada uno de nosotros nacemos con una naturaleza de pecado; y nosotros sin supervisión, llegaríamos a ser “llenado de toda clase de maldad” (Romanos 1:29). No es una sorpresa la cantidad del mal que abunda en el mundo. En una gran medida, el mundo ha rechazado la Luz de Cristo y esta viviendo en una vacía y confusa oscuridad.
La iglesia definitivamente no es inmune a la oscuridad del mundo. Somos atacados por aquellos que están abiertamente afuera de la iglesia; pero también estamos bajo ataque por aquellos que “han infiltrado entre ustedes” (Judas 4). Estos son personas que sostienen ser llamados por Dios, pero que viven una vida inmoral y “niegan a Jesucristo, nuestro único Soberano y Señor” (Judas 4). Buscan causar divisiones y viven “según sus propias pasiones impías” (Judas 18). Nos dicen que peleemos contra esta forma de ataque fortaleciendo nuestra fe; “edificándose sobre la base de su santísima fe y orando en el Espíritu Santo” (Judas 20).
Si, tenemos que saber la verdad; proteger la verdad; y compartir la verdad. Si vamos a ser una luz que dirige a otros hacia la gracia salvadora de Jesús, no debemos permitir que el evangelio, que a nuestro cuido ha sido encomendado, llegue a ser distorsionado para ganancia personal o diluido para mayor aceptación. Podemos pelear esta batalla diariamente acercandonos a la presencia de Dios y conociendolo a El mejor a través del estudio y oración; y podemos pelear como grupos de creyentes de la manera que animamos unos a otros a vivir sin compromiso. Probemos toda enseñanza contra Su Palabra. Compartamos la absoluta verdad de nuestro Señor y Salvador y estemos preparados a mantenernos firmes mientras batallamos por la fe.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios