Mucho de la carta de Pablo a los Romanos es una historia de amor entre un Dios recto y hombres pecadores. Aún que nuestra naturaleza pecaminosa nos sentencia a una muerte eterna (Romanos 6:23), Dios nos mira con amor: “Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
Dios nos amó mucho antes que le conociéramos – El nos amó aún cuando no había nada en nosotros que mereciera Su amor – y El nos dio a Jesús como sacrificio por nuestros pecados de manera que por fe, podamos experimentar Su profundo y maravilloso amor por toda la eternidad. Este es un amor que yo creo que no podemos apreciar completamente o aún comprenderlo. Y aún así estamos llamados a usar este amor como el estándar para como amar a otros; “Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros” (Juan 13:34).
Cuando Jesús vino al mundo, El reveló el verdadero amor de Dios. Juan escribió que “Por medio de él {Jesús} todas las cosas fueron creadas” (Juan 1:3). Pero también sabemos que El Creador del Universo “se rebajó voluntariamente…haciéndose semejante a los seres humanos” (Filipenses 2:7). Jesucristo vino a la tierra en forma humana; El se “humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!” (Filipenses 2:8). Y este es el mismo amor que el nos manda a tener los unos por los otros; el amor que Pablo dice que debemos devolver continuamente.
Romanos 13:8
“No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros.”
Pablo conoció la llenura del amor de Jesús y el supo que fuimos mandados a amarnos los unos con los otros de esa manera. El también supo que nunca podría verdaderamente cumplir con el mandato de Dios de amar – Su amor es simplemente demasiado grande. Y aún cuando el amor involucrado en nuestra Salvación esta por encima de lo que se podemos comprender, Su amor continua con el regalo de Su Espíritu para guiarnos y fortalecernos diariamente. Definitivamente tenemos una gran deuda de amor!
Pero notemos que nuestra deuda de amor por Jesús se ha convertido en una deuda por los demás – una “deuda continua” que estará con nosotros por el resto de nuestra vida. Aún cuando nunca podamos devolver por completo, podemos honrar el mandato de Jesús aceptando la deuda y gozosamente amando a aquellos que son puestos en nuestro camino; “Nosotros amamos {a otros} porque él nos amó primero”(Juan 4:19).
Honrar el mandato de Jesús no significa que amemos solo a los que queremos amar o a los que nos corresponden el amor – significa que amemos…y después amemos mas! Aceptemos nuestra deuda y amémonos unos a otros mientras hacemos regularmente pagos diarios a nuestra continua deuda de amor.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios