En el mensaje “Piedras Brillantes” vimos que con frecuencia somos atrapados en las seductoras tentaciones del mundo y alejados de una vida verdaderamente libre – una vida que encontramos a través de la completa entrega a Jesús; “El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo 10:39). Esto puede parecer un poco radical – quizá solo un poco para aquellos “verdaderamente serios” Cristianos – pero la Palabra de Dios claramente establece que este es el estándar para todos Sus Hijos.
Mateo 10:38
“Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.”
Lucas grabó similares palabras cuando Jesús hablaba a una gran multitud: “Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo” (Lucas 14:27). Jesús también dijo que cualquiera que viniera en pos de El debía “tome su cruz cada día, y sígame” (Lucas 9:23).
¿Pero que significa tomar nuestra cruz? He escuchado gente referirse a lo duro de las situaciones difíciles como “mi cruz para cargar,” pero la Palabra de Dios no hace esa referencia. La cruz tiene una sola asociación Bíblica: la Muerte! El único momento en que alguien cargaría su cruz es cuando está a punto de morir.
Si, somos llamados a morir. Pero el llamado no es a una muerte física – esta muerte eventualmente llegará a todos y nunca debemos estar apresurados por hacer algo para su llegada. El llamado de Jesús es para una muerte del “yo,” la vieja naturaleza pecaminosa y sus deseos malvados, sueños, y ambiciones: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios” (Gálatas 2:20).
Esta es muerte que nos lleva a un verdadero contentamiento y paz. Pero esta muerte no es un evento único, tampoco lo es fácil. Somos llamados a morir cada día! No te sorprendas cuando cada día parezca darle vida a nuestra vieja naturaleza – cuando parece que hablamos, actuamos, y pensamos lo contrario de Cristo. Cuando esto ocurra, simplemente alabe a Dios por la convicción de su Espíritu, toma la cruz, y continua siguiendo Su camino.
Mientras “morimos” y entregamos por completo el control a Dios, las tentaciones del mundo pierden su atracción y las ansiedades ya no son fuente de preocupación. Como ya no vivimos nosotros, ya no nos enfocamos en las ansiedades de nuestra carne, ni acerca de lo que mañana pueda o no traer. Mientras Cristo vive en nosotros, el enemigo pierde su habilidad para atacar eficientemente – ya no nos atacan a nosotros sino a Cristo!
Nuestro llamado es llegar a ser seguidores de Cristo y ser transformados a Su imagen, pero para seguirlo debemos morir. Volvámonos sus discípulos mientras le amamos y confiamos en El con todo nuestro corazón. Pongamos a un lado todo lo que no está dirigido por Dios y tomemos nuestra cruz.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios
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