Al final de su tercer viaje misionero, Pablo fue arrestado en Jerusalén, transferido cerca de 40 millas del camino a Cesarea, y estuvo sentado en la prisión por más de dos años antes de que fuera enviado por barco para su juicio en Roma. Durante el viaje a Roma, una tormenta desvió el barco y amenazó con matar a todos abordo.
Hechos 27:30-32
“En un intento por escapar del barco, los marineros comenzaron a bajar el bote salvavidas al mar, con el pretexto de que iban a echar algunas anclas desde la proa. Pero Pablo les advirtió al centurión y a los soldados: ‘Si ésos no se quedan en el barco, no podrán salvarse ustedes.’ Así que los soldados cortaron las amarras del bote salvavidas y lo dejaron caer al agua.”
¿Donde está nuestra seguridad verdadera? La mayoría de nosotros tenemos botes salvavidas que mantenemos cerca de nuestro lado. Aún después que hemos aceptado el perdón y la gracia salvadora de Jesús, tendemos a guardar nuestros botes salvavidas – por si a caso. Decimos que estamos confiando en Dios para nuestro futuro, pero todavía nos aseguramos que cada paso de nuestra vida esté planeado por los próximos 30 años y luchamos contra cualquier intento de desviarnos del “plan” – por si a caso.
Decimos que entendemos el concepto de la eternidad y la idea que nuestra vida es “como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece” (Santiago 4:14), pero seguimos persiguiendo títulos y puestos para que nuestros amigos y familia puedan recordarnos como “exitosos” – por si a caso. Decimos que queremos vivir para Jesús y alabar a nuestro Padre Celestial por toda la eternidad, pero todavía no queremos perdernos de los placeres inmediatos del mundo – por si a caso.
Si nos quedamos con un pie en el barco y un pie en el bote salvavidas, nunca viviremos como Dios desea. No tiene sentido absoluto decir que creemos y confiamos en Dios con nuestra eternidad y luego fallamos en confiar en El con todas las incertidumbres del mañana o las tormentas de hoy. Cortando las amarras de los botes salvavidas significa que colocamos TODA nuestra confianza en Dios, creemos en Su Palabra como verdadera, y vivimos en acuerdo con la Palabra: “No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica” (Santiago 1:22).
NECESITAMOS quedarnos con el barco! Una relación salvadora con Jesús implica que hemos reconocido la tormenta eterna del pecado que amenazó con hundirnos hasta el infierno, y también implica que estamos aferrándonos a Su perdón como la ÚNICA manera de ser salvos; “porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos” (Hechos 4:12).
Pidamos al Espíritu Santo que revele cualquier área de nuestra vida que no esté de acuerdo con una vida de creencia y confianza sin restricciones. Y después, pidamos por las fuerzas y el coraje para, una vez por siempre, darle TODO nuestro corazón y cortar los botes salvavidas.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios
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