Cuando Pablo escribió a los Corintios, los cuatro evangelios de Jesús no los habían escrito todavía. La mayoría de creyentes no sabían muchos detalles de la vida de Jesús, y hubiera sido difícil motivar a la gente diciendo vivan como viviría Jesús. En vez, Pablo trajo a otros a Jesús a través del ejemplo que demostró en su propia vida.
1 Corintios 11:1
“Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.”
Al poner el ejemplo, Pablo ciertamente no clamó ser perfecto. El sería el primero en levantarse y decir: “!Miserable de mí!” (Romanos 7:24). Aunque Pablo escribió y predicó acerca de como vivir la vida Cristiana, todavía tuvo que admitir sus imperfecciones: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús” (Filipenses 3:12).
Pero también, Pablo sabía que era hijo de Dios y estuvo dispuesto a poner su vida en plena vista para que otros pudieran examinar e imitar: “lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced” (Filipenses 4:9).
Cuando proclamamos ser seguidores de Jesús, el mundo toma nota – nos guste o no nos guste. Quizá no sentimos que estamos testificando, pero para muchas personas somos la única vista de Jesús que verán – las únicas palabras de Jesús que oirán. Quizá no lo realizamos, pero la manera en que vivimos proclama: “Sigue mi ejemplo, de la manera que yo sigo el ejemplo de Cristo.”
¿Queremos que otros pongan en practica lo que ven en nosotros? ¿Causará nuestro ejemplo que otros se acerquen a Dios o se alejen? Seguimos el mandato de Jesús de amarnos los unos a los otros, para que: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos” (Juan 13:35). Esta es una gran responsabilidad y una que no debemos asumir que es solo para los “Super-Cristianos.”
Un buen amigo tenía una calcomanía en su carro que decía, “Yo Amo a Jesús”. Un día, mientras corría rápidamente en el tráfico, se dió cuenta que su manera de manejar no estaba poniendo un buen ejemplo, ni estaba siendo consistente con su proclamación de ser seguidor de Jesús. Resolvió “el problema” quitando la calcomanía del carro. En vez de modificar esa área de su vida, mi amigo removió su identificación pública con Jesús: que cosa mas triste!
No podemos quitar las calcomanías que dice “Yo Amo a Jesús” de nuestras vidas. El mundo está viendo y tenemos que tener suficiente coraje para mantenernos firmes y aceptar la responsabilidad. Necesitamos hombres y mujeres de fuerza y carácter – Hermanos y Hermanas que se amen unos a los otros y que amen a Jesús con todo su corazón, alma, mente y fuerza! Exhorto a ustedes a enamorarse más con Jesús y para que estén entre aquellos quienes se comprometen a vivir una vida que trae gloria y honra a Dios en TODO lo que hacen. Otros están listos a seguir. Seamos fuertes y dirijamoslos a Cristo de la manera en que demos el ejemplo.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios
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