Cada año, chispas de las hogueras de los campamentos o fósforos descuidados inician fuegos que consumen millones de árboles y preciosos bosques. Una vez iniciado, este fuego avanza implacablemente a través de valles y montañas – nada está a salvo de la furia de las llamas.
Cada año, chispas provenientes de temperamentos ardientes o palabras descuidadas inician fuegos que consumen millones de vidas en preciosas relaciones. Una vez iniciado, este fuego avanza implacablemente a través de la auto estima y confianza – nada está a salvo de la furia de la lengua.
Santiago 3:5-6
“¡Imagínense qué gran bosque se incendia con tan pequeña chispa! También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo.”
Nuestra lengua tiene un increíble poder para construir y alentar, tanto como para derribar y destruir. Cuando ponemos nuestra confianza en Jesús, nuestros pecados son eternamente perdonados; pero el día llegará cuando nuestras palabras descuidadas sean reveladas y veamos en toda su extensión el daño que hemos ocasionado; “Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan pronunciado” (Mateo 12:36).
Confieso que temo el día cuando tenga que dar cuenta de cada palabra ociosa. De hecho hay muchas. Quizás el propósito de este momento es que permanentemente se grabe en nuestra alma un completo aprecio por Su amor. Aún con todas mis palabras ociosas, El me ama y quiere pasar la eternidad conmigo en comunión. Maravilloso! Pero cuanto anhelo por tener un mejor control.
David oró a Dios “ponme en la boca un centinela; un guardia a la puerta de mis labios” (Salmo 141:3). Siendo esta una sabia oración, debe ser vista como la absoluta última linea de defensa – una vez nuestras palabras se escapan casi nunca pueden ser recuperadas por completo. Debemos esforzarnos para controlar las chispas desde la verdadera fuente; “De la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34).
Si nuestro corazón esta lleno con los caminos del mundo, nuestra boca naturalmente hablará la sabiduría del mundo, la cual “a los ojos de Dios…es locura” (1 Corintios 3:19). Mejor que eso, debemos llenar nuestro corazón con los caminos de Dios y permitir que nuestra boca abunde de Su amor; “En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti” (Salmo 119:11).
¿Hemos sido la causa de algunos furiosos fuegos o ardores? Si es así, debemos orar para sanidad y creer que “para Dios todo es posible” (Mateo 19:26). Debemos llenar nuestro corazón con el poder de su Palabra y “Eviten toda conversación obscena” (Efesios 4:29). Detengamos los fuegos destructores. Comencemos ahora a llenar nuestro corazón con Su Palabra y prevengamos las chispas.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios