En el libro de Job, leemos sobre un hombre que estuvo bajo severo ataque de Satanás. En un corto periodo de tiempo, Job fue de ser un hombre millonario, sano, con una familia grande, a ser un hombre que perdió todas sus posesiones, cerca de la muerte y sin hijos.
En los primeros momentos de su prueba, Job mostró un profundo compromiso a la soberanía de Dios; “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:20-21). Luego cuando su esposa le dijo que maldijera a Dios y se muriera, Job respondió: “¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?” (Job 2:10).
Job parecía tener un profundo entendimiento de los versos que a menudo citamos en tiempo de prueba: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28). Pero al mismo tiempo, Job luchaba por comprender por que Dios habría permitido esto. Si, Dios es en control…¿pero, por que!? Cuando Job no pudo encontrar una respuesta, el comenzó a sentirse terriblemente solo y abandonado.
Job 23:3-5
“Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla. Expondría mi causa delante de él, Y llenaría mi boca de argumentos. Yo sabría lo que él me respondiese, Y entendería lo que me dijera.”
Nuestras pruebas a menudo nos causan preocupaciones similares. Sin pensarlo nos encontramos preguntando a donde se fue Dios y por que El esta permitiendo tal penuria. Aún cuando podríamos creer que Dios “esta obrando todo para bien,” a menudo buscamos en vano por encontrar algo bueno en nuestra situación. Y cuando no encontramos algo bueno, nos frustramos y asumimos que Dios se ha olvidado de nosotros, nos ha abandonado en nuestro tiempo de necesidad.
Finalmente Dios respondió al clamor de Job por respuestas: “¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel?” (Job 38:4-5). Dios respondió de continuo por casi cuatro capítulos: “¿Quién me ha dado a mí primero, para que yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío” (Job 41:11). El Creador del Universo – Quien formó cada complejo detalle de lo que vemos y de lo que no vemos – El que nos sacó del lodo cenagoso y puso nuestro pie en tierra firme, le habló a Job y simplemente le dijo “Yo soy Dios!”
Nuestro Padre Celestial nos ama mucho; y El desea que le conozcamos mejor y que caminemos a Su lado con completa confianza. Pero hay tiempos cuando nuestra confianza debe confortarnos en aceptar esta difícil respuesta. A menudo, en medio de las pruebas, debemos continuar simplemente creyendo que Su Palabra es verdad. Aún cuando no comprendamos, debemos desesperadamente pegarnos a Sus promesas y SABER que El nunca nos dejará, nunca nos abandonará! Estemos en completa paz y restauremos nuestra esperanza recordando siempre que El es Dios.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios
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