En el mensaje “Por Nuestro Amor” vimos como Jesús desea que maduramos en nuestro amor por El. Pero mientras andamos el camino que Dios marca para nosotros, pronto descubrimos muchos puntos de decisión donde tenemos que elegir entre el camino de Dios y el camino del mundo. En estos momentos críticos, debemos ser capaces de reconocer Su guía; y si no hemos invertido tiempo adorando a Sus pies y comunicándonos en oración, no podemos esperar comprender ni aún escuchar Su guía en nuestro tiempo de gran necesidad.
La comunicación es esencial para construir y mantener cualquier relación. Un matrimonio con escasa comunicación gradualmente comenzará a separarse. Es común para parejas casadas vivir juntos la mayoría de sus vidas y aún así sentirse como extraños porque no han invertido el tiempo requerido para realmente conocerse y comprenderse el uno al otro.
Nuestra relación con Dios es en mucho la misma. Cuando aceptamos el regalo de la Salvación como fue ofrecido a través de la fe en Jesús, comenzamos una relación de amor de por vida – una relación que debe ser nutrida a través del compañerismo y la oración.
Salmos 5:1-3
“Escucha, oh Jehová, mis palabras; Considera mi gemir. Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque a ti oraré. Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.”
David dijo que la mañana era su tiempo dedicado a la oración; su tiempo para estar a solas con Dios, para compartir su corazón y expectantemente esperar la dirección de Dios. Pero Dios no ha especificado un tiempo preferido para la oración. De hecho, Pablo nos anima a mantenernos en constante estado de comunicación con Dios cuando dice “Orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17). Nosotros debemos esforzarnos por una comunicación que sea regular y frecuente; cualquier tiempo es un buen tiempo para orar – cualquier tiempo es un buen tiempo para comunicar con aquel que amas!
La oración debe originarse de un corazón sincero, cualquier cosa menos que eso se vuelve un ritual de palabras sin significado. Debemos ser motivados por el deseo de fortalecer nuestra relación – de adorarle por Su bendición y seriamente pedir Su guía – y profundizar el compromiso por nuestro amor. Debemos valorar nuestro tiempo con Dios por encima de cualquier cosa que este mundo tenga que ofrecer: “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida” (Salmo 27:4).
Asegurémonos que nuestro amor no se desvanezca. Apartemos tiempo cada día para estar con Dios – un tiempo tranquilo en que podamos escuchar Su voz y comenzar a comprender Su carácter. Luego, comencemos a tener comunión y compañerismo con El en nuestro tiempo de ocupación. Aprendamos a habitar en Su casa por el resto de nuestros días manteniendo una continua y amorosa comunicación.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios