Nuestra vida puede ser una larga y a veces difícil carrera. A menudo estamos cansados y en gran necesidad de descanso. Pero esta carrera no es como ninguna que hallamos corrido antes. No competimos contra otros corredores, ni siquiera corremos todos la misma carrera. Corremos la carrera establecida por nuestro Padre Celestial, y aún así, TODOS debemos esforzarnos hacia la misma meta final.
Hebreos 12:1-2
“Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.”
Perseverancia significa: “persistir sin importar la oposición y el desanimo.” Pero el Griego original también implica paciencia y resistencia determinada. El escritor de Hebreos nos dice que corramos con paciencia – y que nos mantengamos corriendo con determinación y resistencia – sin importar la oposición y el desanimo. Debemos deshacernos de todas las cosas que nos hacen lentos, y continuar…con nuestros ojos firmemente puestos en Jesús.
La mala hierva a lo largo de nuestro camino a menudo trata de atrapar nuestras piernas y detenernos. Este “pecado que nos enreda tan fácilmente” puede ser difícil aún de reconocer. Podemos estar corriendo un camino claro sin siquiera una pizca de mala hierba. Todo está caminando bien y nos sentimos inmunes a las tentaciones de este mundo. Pero sin nuestros ojos puestos en Jesús – sin nuestro corazón completamente confiando en El en cada paso – nuestro camino puede cambiar repentinamente sin que nos demos cuenta que hay un problema.
Debemos mantener una cuidadosa conciencia de la condición de nuestro camino. La mala hierba no es aceptable y debe ser removida (la palabra de Dios y la oración es un excelente herbicida!). No hay circunstancias en que las malas hierbas le agregue un beneficio de “sabor” o emoción – SIEMPRE se obstruyen, roban y destruyen!!
Nuestra carrera es una larga maratón, no una carrera corta de velocidad. A fin de perseverar debemos prepararnos para muchas montañas y valles (y mala hierba) a lo largo del camino. Debemos tener un deseo ardiente de decir un día: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Timoteo 4:7). Jesús sufrió la cruz (terminó la carrera) por “el gozo puesto delante de él” (Hebreos 12:2); y mientras mantenemos nuestros ojos en Jesús como nuestro eterno gozo: “vuestro ánimo no se canse” (Hebreos 12:3).
No importa lo que este día traiga, debemos persistir con nuestros ojos firmemente puestos en Jesús hasta que le oigamos decir: “Bien, buen siervo y fiel…entra en el gozo de tu señor!” (Mateo 25:23). Algunos dias probablemente estaremos capaces solamente de tomar pasos chiquitos de bebe, pero está bien – tenemos que continuar y mantenernos en la carrera! Tenemos que correr con el único propósito de darle honor y gloria a El en TODO lo que hacemos. Nuestra carrera puede estar llena de gozo y paz, pero debemos comprometernos a un vida de absoluta confianza y correr con perseverancia!
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios