En el mundo físico, no hay forma de medir la oscuridad; oscuridad es simplemente la ausencia de luz. Por eso, la medida de oscuridad solo puede estar en referencia a la medida de la luz: menos oscuridad solo se logra con más luz.
En el mundo Espiritual, la oscuridad representa la maldad del diablo y la luz representa la santidad de Dios. Aún cuando ninguna de las dos pueden ser realmente medidas, el concepto es el mismo: la oscuridad existe cuando hay una ausencia de luz. Luz y oscuridad no pueden existir al mismo tiempo; cuando la luz se incrementa, la oscuridad automáticamente se desvanece.
1 Juan 1:5-6
“Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad.”
La Salvación es por la gracia de Dios a través de la fe en Jesús y no por nada que hagamos (Efesios 2:8-9). Pero el propósito de la salvación es caminar en íntimo compañerismo con Jesucristo – la verdadera y eterna Luz. No es posible tener compañerismo con la Luz de Cristo y aún tener una vida llena con la oscuridad del pecado. Jesús nos purifica de todo pecado (pasado, presente y futuro) en el sentido del juicio ante el Padre, pero El también ilumina la oscuridad del pecado en nuestra vida y nos da la fuerza para que gradualmente lo saquemos fuera.
Una vida sin Criso esta en total oscuridad; sin la Luz, una persona no puede ni reconocer el pecado. Si tratamos de quitar la oscuridad (remover el pecado) sin que primero brille la Luz, simplemente limpiamos por fuera pero dejamos el corazón oscuro y muerto. No importa que tan sucio alguien parezca, debemos recordar que TODOS necesitamos la Luz para iluminar nuestro corazón; “Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio” (Mateo 23:26). La gracia de Su Luz es capaz de hacer en un instante lo que ninguna cantidad de auto esfuerzo se podría lograr.
Cuando nuestra propia vida Espiritual se “atenúa,” usualmente significa que nuestro tiempo con la Luz ha comenzado a sufrir; nuestra disciplina de oración y lectura de Su Palabra ha sido reemplazada por otras atracciones. Donde un día caminamos con clara visión, ahora chocamos con las paredes y continuamente nos golpeamos los pies. Pero Dios desea iluminar nuestro camino una vez mas. El nos “salvó y nos llamó a una vida santa” (2 Timoteo 1:9); El nos ha llamado a una vida llena de Luz – una vida de decidida claridad en El.
Compartamos la verdadera y eterna Luz de Jesucristo en cada oportunidad y reenfoquemos nuestras prioridades en la única segura forma de restaurar nuestra visión. Estemos en comunión con El en oración e inmersos en Su Palabra. Su camino será una vez más aclarado y toda la oscuridad se desvanecerá mientras incrementemos la Luz.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios