Como la mayoría de los profetas del Viejo Testamento, Amos fue escogido por Dios para proclamar un mensaje de arrepentimiento y juicio; “Buscad a Jehová y vivid, no sea que acometa como fuego a la casa de José y la consuma” (Amos 5:6). Dios estaba llamando a Su gente a volverse a El, pero se habían desviado lejos de Su presencia y no mostraban interés en una vida de adoración. La economía en sus días estaba prosperando y la gente tenían pocas necesidades que no las pudieron satisfacer; estaban contentos y vieron poca necesidad para Dios.
A través de Amos, Dios mandó una advertencia fuerte. Aunque El prometa contestar a todos los que responden a Su llamado, “todo aquel que invoque el nombre de Jehová, será salvo” (Joel 2:32), y El prometa ser MUY paciente, “no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9), Dios también advierte que la oportunidad para oír Su palabra tal vez no será siempre disponible.
Amos 8:11-12
“Ciertamente vienen días, dice Jehová, el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente andarán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán.”
Cuando oímos la Palabra de Dios, la puerta se abra y estamos en medio de una oportunidad dirigida por Dios. En ese momento tenemos la oportunidad de responder a la verdad y acercarnos a nuestro Padre Celestial. Pero cuando rechazamos Su Palabra, empezamos a cerrar la puerta y endurecer nuestro corazón – la oportunidad comienza a desvanecer: “Por eso, como dice el Espíritu Santo: ‘Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones'” (Hebreos 3:7-8).
Hemos sido bendecidos al vivir en este tiempo en la historia. Si, nos enfrentamos a las constantes presiones de una sociedad sobre-indulgente y sobre-egoísta; pero también hemos sido bendecidos con una maravillosa abundancia de la Palabra de Dios. En la mayoría del mundo tenemos la libertad de alabar con otros creyentes y tenemos acceso completo a la enseñanza llena de verdad. De hecho, la Palabra de Dios ha llegado a ser tan disponible que muchos de nosotros la menospreciamos.
En medio de nuestras abundantes bendiciones, estamos volviendonos complacientes y ya no valoramos mas Su precioso regalo. Pero que pasará si Su Palabra fuera quitada y nadie tenía permiso de hablar, ni de oír, la Palabra de Dios?
Nuestro Padre Celestial nos ama mucho. El “quiere que TODOS los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4); y quiere que los que creen sean “conformes a la imagen de su Hijo” (Romanos 8:29). Nuestro Padre continua llamándonos a conocerle con un amor mas grande y mas íntimo. Aprovechemos esta maravillosa oportunidad y recibamos la Palabra de Dios, en todas sus formas, con hambre y anticipación, y después obedientemente respondamos a Su llamado. Despojémonos de TODAS formas de complacencia y regocijémonos que todavía no vivimos durante la época del hambre de oír.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios