Su Campo de Cerdos

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La parábola del hijo prodigo ha tenido un significado especial para nuestra familia en los últimos años. Hemos sido testigos casi de todos los aspectos de esta parábola cumplirse a través de la vida de nuestra hija, desde el dolor de su rebeldía hasta el gozo de su retorno. También he visto esto como el más común de los problemas enfrentados por los padres en todas partes del mundo. No importa que país o cultura, los padres agonizan sobre aquel que se ha extraviado.

En esta parábola, vemos un joven rebelde demandando lo que el sentía que por derecho le pertenecía: “Padre dame lo que me toca de la herencia” (Lucas 15:12). Esta actitud irrespetuosa creció hasta que el hijo no quiso mas vivir bajo el techo de su padre. El “juntó todo lo que tenía y se fue a un país lejano; allí vivió desenfrenadamente y derrochó toda la herencia” (Lucas 15:13).

La razón por la cual este asunto es universalmente común, es porque todos nacemos con la misma naturaleza pecaminosa – una naturaleza que nos controla a menos que somos absolutamente transformados por el Espíritu de Dios por medio de la fe en Jesús; “Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza” (Romanos 8:5). En el corazón de la naturaleza pecaminosa hay un orgullo que constantemente demanda lo que nosotros creemos que merecemos – esta es la raíz de todo pecado!

El hijo prodigo continuó viviendo de acuerdo a su naturaleza pecaminosa hasta que se encuentró a sí mismo en el campo de los cerdos; “hubiera querido llenarse el estomago con la comida que daban a los cerdos” (Lucas 15:16). Pero Dios utilizó esta terrible situación para suavizar el corazón de este hijo prodigo y traerlo a un estado de arrepentimiento y sumisión.

Lucas 15:17-18
“Y volviendo en sí dijo: !!Cuantos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.”

Antes que el hijo se fuera de casa, estoy seguro que el padre trató de darle amplio consejo acerca de lo que es realmente prioridad en la vida. Estoy seguro que el padre desesperadamente trató todos los métodos posibles para guiar a su hijo a través del camino recto y angosto. Y también estoy casi seguro que el padre simplemente abrazó a su hijo y lloró. Desafortunadamente, la lección que el hijo necesitaba aprender solo podía ser enseñada a través de los cerdos.

No hay nada más doloroso que ver a alguien que tu amas caminar en ese camino de un obvio dolor – nada rompe tanto el corazón como ver a tu hijo caminar separado de Dios e involucrarse en diferentes formas de “vida salvaje.” Pero ayuda recordar que Dios ama al hijo prodigo más de lo que nosotros podamos esperar o imaginar. El desea vivir con ellos en una relación restaurada eternamente. Nuestro Padre Celestial nunca perderá una oportunidad para enseñarles o atraerles a El – aún cuando se desvían y se hunden – aún cuando se están revolcando en su campo de cerdos.

Tenga un Dia Centrado en Cristo!

Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios

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