Apartarnos y Orar

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En el mensaje “En Sus Atrios” vimos como la presencia de Dios debe de ser deseada sobre todas las cosas. Consideramos que ni siquiera mil días en un paraíso terrenal puede compararse a un solo día en la presencia de Dios. Y todavía, aunque quizá entendamos el valor de Su presencia, raramente tomamos la decisión o ejercitamos la disciplina requerida para entrar.

Lucas 5:15-16
“Pero su fama se extendía más y más y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades. Mas El se apartaba a lugares desiertos, y oraba.”

Jesús tenía una relación con el Padre que solo se puede describir como una absoluta perfección; “Si me conocieseis, también a mi Padre conocerías. El que me ha visto a Mí ha visto al Padre” (Juan 14:7,9). Anhelamos por y desesperadamente buscamos la presencia de Dios, pero Jesucristo ES la misma presencia de Dios: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros” (Juan 1:1,14).

Y aunque El tenía una unión perfecta con Dios, creó el universo y demostró un control completo sobre los elementos de la naturaleza como “reprendió el viento y a las olas” (Lucas 8:24), Jesús todavía hizo tiempo para estar solo con el Padre en oración. ¿Porque?

Antes de tomar la importante decisión de escoger Sus doce discípulos, Jesús “fue al monte a orar y pasó la noche orando a Dios” (Lucas 6:12). La noche antes que El fue crucificado, Jesús estaba en tal angustia que El oró hasta que “era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra” (Lucas 22:44). Jesús a través de su vida y muerte, nos enseñó como debemos de relacionarnos con Dios…y es una lección que no debemos ignorar!

Si Jesús, quién es Perfecto, pasó tanto tiempo en oración, cuanto mas necesario es para nosotros que contenemos tantas fallas y tan fácilmente nos separamos de Dios. Nosotros no podemos mover la mano para calmar la tormenta, debemos orar por paciencia y fuerzas para soportar, e insistentemente pedir Su ayuda. Tenemos que vivir en tal comunión con Dios que “oramos sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17), aún mientras manejamos en tráfico difícil, administramos múltiples trabajos, o cuidamos niños ruidosos.

Pero cada uno de nosotros debemos apartar tiempo, que es “a menudo” y regular, donde nos podamos alejar a un lugar silencioso. Si, la presencia de Dios puede ser encontrada en medio de nuestras ocupaciones, pero todos necesitamos un tiempo de silencio donde nos podamos refrescar y recibir dirección – tiempos cuando simplemente podamos levantar nuestros corazones a Dios y decirle “¡Gracias!” Desarrollemos y mantengamos la disciplina de entrar a los atrios de Su presencia. Designemos regularmente tiempos de quietud para apartarnos y orar.

Tenga un Dia Centrado en Cristo!

Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios

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