Gedeón vivió durante el tiempo que Israel fue gobernado por los jueces. Este fue el periodo después de la muerte de Josué y antes que Saúl fuera ungido como rey – un periodo que duró aproximadamente 325 años. Durante este tiempo, la gente continuamente se alejó de Dios y fue oprimido por varios grupos. Pero Dios siempre subió un nivel (un juez) que debería liberar a la gente y llevarlos de nuevo a El – al menos por un corto tiempo.
La opresión de los Madianitas fue tan severa que mucha gente de Israel vivieron en cavernas y tuvieron que cultivar en secreto. Cuando la gente clamaba a Dios por ayuda, El decidió utilizar a Gedeón; “Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre” (Jueces 6:15). Dios quería que su hijo supiera que la verdadera liberación es únicamente a través de Su fuerza y por Su gracia. Al usar a Gedeón para salvar a la gente, Dios pudo enseñar una lección de verdad.
Jueces 7:2-3
“Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil.”
El mensaje de Dios gracia y poder no sería obvio si el ejercito hubiere tenido alguna esperanza de victoria por medio de sus propias fuerzas: “Y Jehová dijo a Gedeón: “Aún es mucho el pueblo” (Jueces 7:4). El ejercito de Gedeón comenzó con 32,000 pero no fue enviado a la batalla hasta que eran solo trescientos. No había ninguna posibilidad! Pero Dios siempre reina con supremacía sobre lo imposible: la batalla fue completamente victoriosa!!
Dios nunca esta interesado en las cosas “maravillosas” que podemos hacer por El. El se agrada únicamente de nuestra obediencia y nuestra confianza. De hecho, el permite que muchos de nuestros esfuerzos se pierdan simplemente porque los estamos haciendo sin darle a El absoluto control. Nunca debemos descansar en nuestras propias fuerzas y habilidades; en cambio, debemos continuamente caminar por fe. Varios cientos de años después de Gedeón, el profeta Isaías dio este mismo mensaje: “Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel” (Isaías 31:1).
Dios nos va a guiar hacia la victoria, pero debemos darle nuestra completa confianza. Cuando andamos en Su victoria, tendremos el gozo de ver Su mano poderosa y encontrar verdadera llenura en darle honor y gloria a El. Su victoria nunca se logra a través de nuestras fuerzas, astucia, ingenio, o inteligencia. Es solo mientras confiamos en El para trabajar a través de la vasija vacía de nuestra vida. La verdadera victoria solo será ganada si vamos a la batalla con TODO de El y sin mucho de nosotros.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios