Cuando mi hija estaba aprendiendo a andar en su bicicleta, ella descubrió una verdad muy importante. Después de una tarde en particular, entró a la casa y dijo; “¿Papi, sabe que es la parte más difícil de andar en bicicleta? ¡Es aprender a caer!” Con solo cinco años de edad, ella había descubierto que caer era una parte inevitable de la experiencia; pero para tener una experiencia “exitosa”, tenía que aprender a caer sin dañarse o herir su cuerpo.
Cuando seguimos el llamado de Dios y entramos al gran desconocido, somos SIEMPRE exitosos. Somos exitosos porque el éxito se define como ser obediente a Su llamado sin importar los resultados físicos o los logros. Nunca debemos evaluar nuestro caminar con el Señor en base de los criterios del mundo. Mas bien, caminamos por fe que se vive cada día a través de la confianza y obediencia.
Cuando Juan el Bautista estaba en la prisión, El mandó a sus discípulos a preguntar a Jesús, “¿Eres tú aquel que había de venir o esperaremos a otro?” (Mateo 11:3). Esta pregunta señala una gran frustración dentro de Juan. Juan predicó un mensaje del arrepentimiento para “Preparar el camino del Señor” (Lucas 3:4), y dijo acerca de Jesús; “pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado” (Lucas 3:16). Y cuando Juan bautizó a Jesús, oyó una voz del Cielo diciendo, “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 3:17). Pero ahora mientras que estaba encarcelado, Juan tuvo que preguntar: “¿Eres tú aquel que había de venir?”
Mateo 11:4-6
“Les respondió Jesús: –Vayan y cuéntenle a Juan lo que están viendo y oyendo: Los ciegos ven, los cojos andan, los que tienen lepra son sanados, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncian las buenas nuevas. Dichoso el que no tropieza por causa mía.”
La primera parte de esta respuesta es lo que esperamos. Jesús esta diciendo, “¡Por supuesto, que soy El! ¿No ves las evidencias?” Pero después Jesús contesta la pregunta verdadera de Juan con “Dichoso el que no tropieza por causa mía.” Juan estaba dudando porque había sido encarcelado por seguir a Cristo. El había caído y ahora estaba cuestionando su camino escogido. ¿Era posible experimentar tanta persecución si Jesús era verdaderamente el Cristo?
Nuestro caminar con Cristo nunca promete ser fácil ¡promete ser eterno! Nunca nos promete éxito ante los ojos del mundo nos promete el éxito verdadero que solamente Su paz y contentamiento se puede proveer…y también una gloria eterna en el Cielo! Sus planes y propósitos son perfectos y seguramente incluirá aspectos que no podemos entender incluirá tiempos cuando nos frustramos y parecemos caer. Estos son momentos en los cuales debemos caer sin alejarnos de El. En las caídas, debemos acercarnos a Jesús y aprender a confiar en El aún más. Podemos tener éxito aún a través de un aparente fracaso, pero primeramente debemos aprender a caer.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios