En el mensaje “Vestido del Nuevo Hombre” vimos como debemos llegar a ser “nuevas creaturas” cuando pongamos nuestra fe en Jesucristo. Cuando entramos a una relación correcta con Dios a través del poder transformador del Espíritu Santo, comenzamos a aprender lo que significa “vestíos del nuevo hombre” (Efesios 4:24a) y vivir una vida de “justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4:24b). Pero todavia muchos luchan con la idea de santidad.
Algunos ven la santidad como unas reglas innecesarias y aferran a “ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús” (Romanos 8:1). Otros simplemente no piensan en la santidad. Solamente llevan a Jesús a la iglesia en la mañana el domingo y después le regresan al librero por el resto de su semana “normal.” En cualquier caso, el punto clave de una libertad verdadera y una relación amorosa con el Dios eterno ha sido tristemente perdido.
Romanos 6:2-4
“Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él? ¿Acaso no saben ustedes que todos los que fuimos bautizados para unirnos con Cristo Jesús, en realidad fuimos bautizados para participar en su muerte? Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva.”
La salvación involucra muerte y nueva vida! Cuando verdaderamente creemos en Jesús llegamos a ser unidos con El en Su muerte; “lo que antes éramos fue crucificado con él” (Romanos 6:6), y llegamos a ser unidos con El en Su vida; “también ustedes considérense muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús” (Romanos 6:11).
Un hijo de Dios ahora no es controlado por la naturaleza pecaminosa; “Pero ahora que han sido liberados del pecado y se han puesto al servicio de Dios, cosechan la santidad que conduce a la vida eterna” (Romanos 6:22). El resultado de ser liberado es la vida eterna pero el beneficio es la santidad. ¿Con que frecuencia reconocemos que la santidad es un beneficio – un regalo bendito que es dado a todos los que creen?
La santidad es un privilegio maravilloso (no una carga u obligación) y solamente puede ser logrado a través de vivir una vida nueva en Cristo. Cuando Jesús mora verdaderamente en nuestro corazón, Sus pensamientos llegan a ser nuestros pensamientos y Sus deseos convierten en nuestros deseos. Sin Cristo, una vida santa ni es posible. Cuando dijo Jesús “yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Juan 10:10), El estaba hablando acerca de las bendiciones en esta presente vida que vienen a través de una vida de completa dedicación. Seguir a Jesús en todas las cosas es verdaderamente vivir la vida en abundancia!
Jesucristo es el Creador quien dió Su vida para que pudiéramos ser restaurados. Caminemos con El cada momento de cada día. Empecemos a vivir verdaderamente la vida nueva en Cristo y recibamos con gratitud el privilegiado regalo de santidad.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios