En el mensaje “La Búsqueda” vimos que buscar la voluntad de Dios es un paso natural de la madurez Cristiana. Mientras somos transformados más a la semejanza de Cristo, naturalmente deseamos hacer solo aquello que es consistente con la voluntad de nuestro Padre Celestial. Pero también vimos que puede ser un período de búsqueda…¡y esperar puede ser frustrante! Pero es un tiempo en donde aprendemos más acerca de confiar, más acerca de someter nuestros propios deseos a Su voluntad, y más acerca de prepararnos para ir cuando El llama.
Abram era un hombre de gran fe quien fue elegido para comenzar la relación de pacto entre Dios y los hombres. A través de Isaac y Jacob, hijo y nieto de Abram, surgió la nación de Israel. Sin embargo cuando la palabra de Dios nos presenta por primera vez a Abram, el ya tenia 75 años de edad y estaba establecido con su familia en la tierra de Harán. Luego, absolutamente sin ningún previo aviso, Dios lo llamó…
Génesis 12:1
“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.”
Dios quería que Abram se moviera a la tierra de la promesa; “Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré” (Génesis 12:2). No se nos ha dicho que Abram estuviera buscando la voluntad de Dios o aún preparándose para un llamado, pero definitivamente El estaba listo. Abram no tenía idea a donde estaba dirigiéndose, por cuanto tiempo estaría lejos o como llegaría al lugar al que Dios lo estaba llevando, pero el confiaba en la promesa de Dios y se fue.
Es interesante notar que no hubo más discusión o clarificación de parte de Dios después que hizo el llamado – Dios le dio dirección y Abram obedeció; “Y se fue Abram, como Jehová le dijo” (Génesis 12:4). Abram pudo haberse ido con una leve incertidumbre en su decisión – una leve vacilación en sus pasos – pero tenía la fe suficiente para confiar y obedecer.
Dios tiene una tierra prometida a la cual nos está llamando hoy. Es una tierra en donde encontramos contentamiento en todas situaciones (Filipenses 4:12), regocijamos en nuestras pruebas (Santiago 1:2), y damos gracias en toda circunstancia (1 Tesalonicense 5:18) porque SABEMOS que Dios está trabajando todas las cosas juntas para bien (Romanos 8:28). Es una tierra de familias unidas donde los votos de matrimonio representan un pacto inquebrantable; un lugar en donde los niños honran su padre y madre; y una tierra donde los padres conducen a sus hijos siguiendo a Cristo. ¡Sobre todo, es una tierra donde le amamos a El con TODO nuestro corazón en TODO lo que hacemos, decimos y pensamos!
El nos está llamando a confiar en El y seguirlo a donde nos lleve. Algunas veces su llamado es muy específico – y debemos diligentemente prepararnos para escuchar y obedecer Su llamado – pero a menudo Su llamado es simplemente renunciar a nuestro entendimiento, buscar la verdad en Su Palabra, y seguirlo a la Tierra Prometida.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios