En uno de los últimos mensajes Moisés entregó a la gente de Israel, el les dijo que obedecieran todos los mandamientos de Dios y “amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Deuteronomio 6:5). Unos ciento cincuenta años más tarde Jesús se refirió a este como el más importante de todos los mandamientos y luego agregó: “Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (Mateo 22:39-40). Los mandamientos de amar a Dios y amar a otros resume como Dios desea que vivamos.
En la tarde antes de que El fuera crucificado, Jesús les dio a sus discípulos un mandamiento final.
Juan 15:12-13
“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.”
En este mandamiento, no estamos siendo físicamente llamados a morir unos por otros. Esta acción única seria relativamente fácil comparado con el verdadero significado de este versiculo. El llamado general de Cristo es para que nosotros “nos despojemos” de nuestras vidas muriendo a nuestra propia gratificación y considerando las necesidades de otros más importantes que las propias (Filipenses 2:3-4). Y en oposición a una muerte física que ocurre como un evento único, TODOS estamos siendo llamados a despojarnos diariamente de nuestras vidas – aún cuando la otra persona no lo merezca – aún cuando no se han ganado nuestro amor.
Se nos ha mandado a amar, así como Dios nos amó primero. Su amor fue con completo compromiso y sacrificio; “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito” (Juan 3:16). Su amor fue con absoluta compasión y perdón; “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
El Apóstol Juan pasó casi 60 años reflexionando las palabras de su Salvador y luego concluyó que el amor era la característica que nos identifica como verdaderos creyentes; “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte” (1 Juan 3:14).
Si, debemos amar como Jesús amó. Esto significa que debemos amar sin consideraciones económicas, sociales, o clases étnicas. Debemos amar a través de géneros, a través de razas, a través de culturas, y AUN a través de religiones! Sin comprometer nunca el mensaje de la Verdad, debemos comenzar a ver a otros a través de los ojos de Jesús y quitar los obstáculos para nuestro amor. Comencemos a amar verdaderamente! Comencemos a abrir nuestro corazón, despojémonos de nuestra vida, y amemos con un amor más grande.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios
