En el mensaje “Lo Que Hemos Visto y Oído” fuimos motivados a acercarnos a la presencia de Dios y a compartir como Sus verdades han llegado a ser reales en nuestras vidas. Mientras continuamos caminando con nuestro Padre Celestial y comprendemos más Su amor, debemos experimentar un sentido de reverencia que no podríamos dejar de compartir con otros.
La historia completa de Jesucristo – que empezó desde antes de la creación del mundo y que continúa por toda la eternidad – es un cuento de amor con un enfoque central de gracia; “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios” (Efesios 2:8). En el momento que creemos en Jesús por el perdón de nuestros pecados, Dios nos ve con amor y nos da la bienvenida a Su Familia – ¡este es Su regalo de Salvación! Significa que nuestra Salvación nunca es algo que podemos ganar o merecer – es un regalo de gracia.
Romanos 11:6
“Y si es por gracia, ya no es por obras; porque en tal caso la gracia ya no sería gracia.”
Si nos paramos frente a nuestro Padre Celestial pensando que podemos hacer CUALQUIER cosa que nos hace merecer la Salvación, entonces no entendemos todavía Su regalo de gracia que perdona. Su gracia se extiende a todos los que creen, pero la creencia verdadera significa creer en Su gracia como algo absolutamente necesario Y completamente suficiente.
Si de verdad creemos, nuestra vida producirá fruto y haremos obras buenas; “Así también la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta” (Santiago 2:17). Pero nuestras obras nunca nos salvarán – la Salvación es un regalo. Si de verdad creemos, tendremos el deseo de seguir en obediencia, “¿Cómo sabemos si hemos llegado a conocer a Dios? Si obedecemos sus mandamientos” (1 Juan 2:3). Pero nuestra obediencia nunca nos salvará – la Salvación es un regalo.
Si nunca hemos tocado el tema de la Salvación, entonces hoy es el día de confiar “en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia” (Proverbios 3:5). Tenemos que llegar ante el Señor con manos vacías, reconocer nuestros pecados y la necesidad de un Salvador, y recibir el regalo de gracia ofrecido a través de Jesús.
En la manera que continuamos nuestro caminar con Cristo, aprendemos a amarle a El con todo nuestro corazón y luchar por presentarle lo mejor de nosotros, dandole a El gloria y honor en TODO lo que hacemos. Pero mientras caminamos, amamos y luchamos, tenemos que recordar que nuestro “mejor” no es lo que gana Su favor. Nuestros “éxitos” no nos hace más merecedor – y nuestros “fracasos” no nos causará perder Su amor. ¡Su regalo es todo! Devolvamos todo a El mientras que continuamos viviendo cada momento de este viaje maravilloso confiando en Su gracia.
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios