En el mensaje “La Protección de Verdad” vimos que amando la verdad de Dios es nuestra protección contra los ataques engañosos del enemigo. Conociendo la verdad, podemos reconocer las mentiras de la “sabiduría del mundo”, y continuar en el camino de Dios sin dolorosos desvíos hacia la mala hierba. Pero tenemos que estar dispuestos a fielmente aplicar la verdad a todas las áreas de nuestra vida y compartir la verdad con otros en cada oportunidad.
Antes de la invasión de Jerusalén por los Babilonios, Dios habló a través de Jeremías para advertir a la gente de la destrucción que venía y su necesidad de arrepentirse. Sin duda, esto no era un mensaje muy popular y Jeremías no era un profeta muy bienvenido. Pero habían otros profetas, según ellos mismos, quienes tenían un mensaje mucho más cómodo. Estos profetas hicieron sentir bien a la gente diciendoles lo que querían oír, diciendoles que pudieron continuar en su mismo camino sin temor. Pero Dios les advirtió acerca de su trampa seductora de falsa seguridad.
Jeremías 23:16-17
“Así dice el Señor Todopoderoso: No hagan caso de lo que dicen los profetas, pues alientan en ustedes falsas esperanzas; cuentan visiones que se han imaginado y que no proceden de la boca del Señor. A los que me desprecian les aseguran que yo digo que gozarán de bienestar; a los que obedecen los dictados de su terco corazón les dicen que no les sobrevendrá ningún mal.”
El ministerio de exhortación es una parte vital de nuestro caminar Cristiano. Todos enfrentamos valles y necesitamos a los motivadores quienes nos proveen una levantada. Y debido a que sabemos que hay muchas personas más quienes están caminando en las valles hoy en día, debemos motivar a los demás en cada manera posible; “mientras dure ese ‘hoy’, anímense unos a otros cada día” (Hebreos 3:13).
Sin embargo, en nuestro entusiasmo de motivar y edificar, nunca debemos comprometer la verdad y presentar un mensaje que es menos de la verdad absoluta. Nunca debemos presentar un mensaje de “todo estará bien” si todo no esta bien. Cuando los hijos de Dios desvían de Su camino y se siembran entre la mala hierba, debe haber alguien dispuesto a “corrigiendo tiernamente a los que se oponen, por si acaso Dios les da el arrepentimiento” (2 Timoteo 2:25).
Nuestra tarea como motivador no es siempre hacer a los demás sentirse cómodos o proclamar un mensaje agradable – no somos llamados a “que les digan las novelerías que quieren oír” (2 Timoteo 4:3) – nuestra tarea es “hablar la verdad en amor” (Efesios 4:15). Nunca ayudamos verdaderamente cuando hacemos que alguien se siente cómodo en su pecado.
Absolutamente la mejor motivación que podemos dar es ayudar a la persona a tener una relación correcta con su Padre Celestial a través de una fe rendida a Jesucristo. ¡La verdad de Dios puede y nos hará libres (Juan 8:32)! Exhortemos en cada manera posible – pero asegurémonos que siempre estemos motivando con un mensaje de verdad!
Tenga un Dia Centrado en Cristo!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios