Conocer a Cristo

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El Apóstol Pablo tenía una pasión definitiva por servir a Dios. Aún antes de su conversión en el camino a damasco, Pablo observaba estrictamente las leyes de Dios; “en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible” (Filipenses 3:6). Pero después de ser confrontado por Jesús, su enfoque cambió para siempre; su pasión se mantuvo, pero todos sus deseos ahora se centraron alrededor de la fe en Jesús y las buenas nuevas del mensaje de Su evangelio.

Filipenses 3:10
“A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte.”

Pablo persiguió una relación íntima con Jesús y buscó ser identificado con Su muerte y resurrección. El sabía que la única manera de experimentar el poder de Jesús era crucificar diariamente su naturaleza pecadora y vivir como una nueva creación en Cristo; y como una nueva creación, el continuamente deseaba conocer a su Creador.

Conocer verdaderamente a Jesucristo es mucho más que simplemente saber “acerca de El”. Podemos llenar nuestra cabeza con todos los hechos bíblicos posible y aún así nunca conocer a Cristo. Conocerlo es amarlo con todo el corazón, alma, mente y fuerza; confiar en El sin importar las circunstancias, y acercarnos a Su lado en nuestro gozo y en nuestro sufrimiento. Nada mas en la vida tiene ningún verdadero significado; “Ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor” (Filipenses 3:8a).

La pasión de Pablo por Jesús le permitió deshacerse de lo que lo mantenía atado a las cosas mundanas; “y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” (Filipenses 3:8b). Esta supremacía de Jesús permitió a Pablo saber como “vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado” (Filipenses 4:12). Entregándose por completo al conocimiento de Cristo, Pablo ganó verdadero contentamiento y paz.

Tenemos la misma habilidad de conocer a Cristo ahora. Se nos han prometido los mismos resultados! Paz y contentamiento NUNCA se logran a través de más posesiones, actividades, o relaciones – todo esto es temporal y desvanecerán con el tiempo. Nuestra vida solo será verdaderamente satisfecha cuando nos entreguemos a Jesús y lo amemos sin reserva; solo seremos llenos con Su paz cuando busquemos conocerle.

Quizás nunca se nos pida sacrificarnos mucho por el evangelio, pero al mismo tiempo, se nos podría pedir que demos todo. De cualquier manera, nuestro corazón siempre debe aferrarse a las cosas de este mundo flojamente. Cualquier cosa que no podemos liberar se convierte en un dios y ocupa el trono que DEBE ser reservado para el Rey de Reyes. Reconsideremos nuestras prioridades – en que invertimos nuestro tiempo y que comanda nuestros pensamientos y consuma nuestra energía. Entreguémonos completamente a El y asegurémonos que nada haya llegado a ser más importante que conocer a Cristo.

Tenga un Dia Centrado en Cristo!

Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios

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