Dedicar Su Templo

El Antiguo Testamento agrega una gran riqueza a nuestra fe. En el primer versículo de la Biblia leemos “creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). Reflexionando en esta maravillosa verdad podemos comprender mejor las palabras de Jesús que dicen “mas para Dios todo es posible” (Mateo 19:26). A través del Antiguo Testamento vemos como Dios utiliza gente común para cumplir Su propósito y señalar el camino hacia Cristo. También aprendemos a apreciar el propósito de la adoración y una vida de absoluta reverencia por Dios.

Después que los israelitas fueron llevados fuera de Egipto, Dios le dió instrucciones a Moisés para construir el Tabernáculo. Esto iba a ser el punto central de adoración y donde la presencia de Dios residiría. Fue hecho de telas, pieles de animales y postes, para que fuera fácil de mover.

Después de varios cientos de años, la gente de Israel se estableció en la tierra prometida y Dios le dió al Rey David la visión de un templo permanente para remplazar el Tabernáculo móvil. David hizo los planes y recolectó los materiales, pero Dios esperó que Salomón se volviera rey antes de comenzar la construcción.

Le tomó siete años a Salomón construir el Templo usando más de 150,000 trabajadores (2 Crónica 2:1-2). Cuando el Templo fue terminado, la dedicación comenzó. Se hicieron sacrificios para honrar y adorar a Dios. Se tocaba música y se cantaban canciones “para alabar y dar gracias a Jehová” (2 Crónica 5:13). La dedicación decía que este era un lugar para honrar a Dios por siempre!

2 Crónicas 5:13-14
“Entonces la casa se llenó de una nube, la casa de Jehová. Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios.”

El propósito del Templo era llevar a los hijos de Israel a una relación más cercana con Dios a través del entendimiento del pecado, sacrificio, perdón y adoración. Fue también diseñado para llevarlos a Jesús y proveernos con un entendimiento de quien somos en Cristo.

Mil años después de que el Templo fue dedicado, Jesús murió en la cruz y entramos a un nuevo pacto con un nuevo Templo; “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (1 Corintios 3:16). Cuando entramos en una relación de pacto con Dios a través de la fe en Jesucristo, nos convertimos en el templo de Dios. El ahora reside en el corazón de cada creyente.

El Antiguo Testamento nos muestra el gran honor y responsabilidad de ser Templo de Dios. El reside en nosotros y por ello debemos estar tan llenos con la Gloria del Señor que ahora ya no mas hacemos “nuestro” servicio sino que glorificamos Su nombre en todo lo que hacemos. Apartemos completamente nuestra vida como un lugar santo de adoración…por siempre! Demosle alabanza y gracias al Señor y comencemos hoy a dedicar Su Templo.

Tenga un Dia Centrado en Cristo!

Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios

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