Un Paso Hacia Jesús

En este serie reciente de mensajes, consideramos la fe de Pedro mientras salía del bote y caminaba sobre el agua. Vimos la importancia de escuchar apropiadamente el llamado de Jesús y de mantener nuestros ojos enfocados en nuestro Señor mientras las olas están alcanzando nuestros pies. Esta historia contiene muchas lecciones para nuestro caminar con Cristo. Pero una lección que a menudo es pasada por alto es la de la motivación del corazón.

Sabemos que el corazón contiene nuestro verdadero carácter y verdadera relación con nuestro Padre Celestial. Cuando Dios estaba mostrandole a Samuel a quien ungir como rey de Israel, El le recordó: “Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” (1 Samuel 16:7). Nuestras acciones externas son un “reflejo” de la condición de nuestro corazón, pero no son una verdadera imagen y ciertemente se pueden engañar!

Dios vio este engaño en la adoración de Sus hijos mucho tiempo antes. Todos somos susceptibles a la trampa de ir a través de los movimiento de adoración sin tener realmente un corazón dedicado a Dios: “este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado” (Isaías 29:13).

Si, sin considerar el corazón perdemos el verdadero mensaje de Pedro al salir del bote. Estas palabras se vuelven solamente otro gratificante y motivador discurso para aquellos que quieren subir otro peldaño en la escalera: “Si queremos ir más lejos y conquistar más, debemos dejar la seguridad de la barca!” Tomar un “paso de fe” a menudo nos lleva a “exitosos” avances en los esfuerzos mundanos así como en los ministeriales, pero ninguno de ellos son agradables a Dios sin el corazón correcto.

A menudo olvidamos que hubo otro tiempo cuando Pedro salió de la barca, pero en esta ocasión Jesús estaba un poco lejos en la playa.

Juan 21:7
“Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: !!Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar.”

Pedro no estaba motivado por la emoción de caminar sobre el agua, ni por la alabanza que el podría recibir de los otros discípulos o aún por el pensamiento de hacer algo maravilloso para Dios. Pedro salió de la barca simplemente porque allí es donde estaba el Señor y; caminar, hundir o nadar, el deseaba estar con el a quien le amaba.

Oremos por una fe incrementada que nos permita seguir más de cerca a Jesús. Oremos por el coraje de abandonar los confines de nuestra seguridad mundana y seguirle a donde Jesús nos está llamando. Pero diligentemente examinemos nuestro corazón y asegurémonos que a CADA paso, abandonamos todo y damos un paso hacia Jesús.

Tenga un Dia Centrado en Cristo!

Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios

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