No Permitan que lo Olviden

Después de andar en el desierto por cuarenta años, Josué dirigió a la nación de Israel a cruzar el Río Jordán y se propusieron conquistar la tierra de Canaán. Josué había visto a Dios sacar la nación de la esclavitud en Egipto. Había presenciado la separación del Mar Rojo y la provisión de Dios de comida mientras estaban en el desierto. Mientras que los Israelitas fueron guiados a la tierra prometida, Josué y la nación entera vieron a Dios contestar sus oraciones y les dio muchas victorias en la batalla.

Durante este tiempo de conquista, la nación fue relativamente unida en la manera que alababan y servian a Dios. Esta generación tenía experiencia de primera mano de Su majestad y poder; y de Su amor y preocupación por Sus hijos. Pero, cuando Josué y la presente generación murieron, las cosas cambiaron rápidamente.

Jueces 2:10
“También murió toda aquella generación, y surgió otra que no conocía al Señor ni sabía lo que él había hecho por Israel.”

En una sola generación, la gente olvidó! En una sola generación, la gente perdió su respeto por Dios, su deseo de alabar, y su creencia que el Señor era el único Dios verdadero. ¿Como podría una generación, que caminaban con Dios y tenían comunión con El, fallar en transferir el mensaje de verdad? ¿Como podrían los padres que conocían a Dios íntimamente fallar en enseñarles a sus hijos quién era El y como amarle? ¿Como pudo una nación entera olvidar que su propósito de existencia era honrar a Dios y ser la luz de este mundo?

Nosotros quienes hemos sido transferidos a la Luz tenemos que compartir nuestra fe con otros; “Cuéntenselo a sus hijos, y que ellos se lo cuenten a los suyos, y éstos a la siguiente generación” (Joel 1:3). Nuestros hijos y nuestros amigos nunca recibirían el regalo de la vida eterna basado en NUESTRA fe; a ellos es necesario que les digan del amor de Dios y que vengan a El a través de una fe profunda y personal en Jesús. Todos conocemos a individuos específicos que necesitan desesperadamente conocer la gracia salvadora de El.

Todos conocemos hermanos creyentes que necesitan ser motivados en su fe; “Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras” (Hebreos 10:24). Nuestras iglesias son frecuentemente reuniones de los preocupados y deprimidos que han olvidado (o nunca oyeron) las obras milagrosas y amorosas de Dios. Que nunca lleguemos a callar acerca de lo que El ha hecho y de lo que sigue haciendo!

Nunca debemos perder el sobrecogimiento del regalo increíble que se nos ha sido dado en Jesús. Su sacrificio cambió radicalmente nuestra eternidad! Tenemos que permitir que el entendimiento de este regalo llene nuestros corazones tanto que nos veamos obligados a compartir Su gran regalo con nuestros amados y con aquellos que Dios coloca en nuestro camino. Nosotros quienes hemos comenzado nuestro caminar con Cristo debemos compartir constantemente nuestro caminar con otros. Servimos un Dios IMPRESIONANTE – seamos luz al mundo y nunca permitamos que lo olviden.

Tenga un Dia Centrado en Cristo!

Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios

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