Ofrendar Desde el Corazón

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En el libro de Malaquías, Dios llamó a la gente a volver a las leyes que El estableció hace 800 años con Moisés. Dios habló de la necesidad de un sacrificio puro (Malaquías 1:7-8), y de la necesidad de que los sacerdotes hablaran un mensaje de verdad (Malaquías 2:7-8). También tocó el tema de regresar una porción de nuestros recursos – una porción a la cual se refiere como diezmo.

Malaquías 3:8-10
“¿Acaso roba el hombre a Dios? ¡Ustedes me están robando! Y todavía preguntan: ¿En qué te robamos? En los diezmos y en las ofrendas. Ustedes la nación entera están bajo gran maldición, pues es a mí a quien están robando. Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa.”

El principio de una ofrenda empezó con Caín y Abel (Génesis 4:3-4). Abraham después demostró el concepto del diezmo cuando dió a Melquisedec “el diezmo de todo” (Génesis 14:20). Pero el diezmo sistemático no fue establecido hasta que Dios dió la ley a Moisés (Levítico 27:30-33).

En los tiempos de Malaquías, Dios no solamente llamó por un regreso a la disciplina del diezmo, sino también lo enlazó directamente con bendiciones y dió el mayor de los retos: “Pruébenme en esto dice el Señor Todopoderoso, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde” (Malaquías 3:10). Ciertamente Dios nunca nos “debe” por que nosotros damos; pero Su Palabra contiene un llamado coherente con la obediencia a la ley, y esta obediencia siempre resulta en bendición.

Cuando Jesús murió en la cruz, El cumplió con la ley para todos los que creen en El. Y aún que la letra legalista de la ley ya ha pasado, el intento de la ley (que es el corazón de Dios) permanece para todos los tiempos; “Todo esto (Las Leyes) es una sombra de las cosas que están por venir; la realidad se halla en Cristo” (Colosenses 2:17).

El intento, o “realidad,” de la ley es para que Dios sea Señor sobre TODAS las áreas de nuestras vidas. Esta enseñanza era el propósito de la ley y es mucho mas que simplemente cumplir con un código escrito. La sombra contenida en la ley escrita dice “no matarás,” pero la realidad en Cristo ni nos permite que tengamos odio en nuestro corazón (Mateo 5:21-22). La sombra de la ley también dice “no cometerás adulterio,” pero la realidad en Cristo nos obliga que hasta nos abstengamos de la codicia (Mateo 5:27-28).

Cuando discutimos acerca de las “reglas” de cuanto debemos dar y donde debemos dar, estamos enfocandonos en la sombra y perdiendo la realidad de Cristo – ¡El es Señor de TODO! En la manera que enfoquemos nuestros ojos en Cristo, daremos. Daremos generosamente, y “no de mala gana ni por obligación” (2 Corintios 9:7). Daremos con alegría de nuestro tiempo, talentos y finanzas. Cuando El es verdaderamente Señor, no ofrendaremos según una “formula” dictado por la ley, sino viviremos bajo Su gracia y ofrendaremos según el intento de la ley. Cuando El es Señor, dejaremos de robar a Dios y daremos nuestras vidas con alegría y ofrendaremos desde el corazón.

Tenga un Dia Centrado en Cristo!

Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios

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