Un Corazón Ansioso

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En el mensaje “Confianza Consistente” fuimos motivados a “confiar en el Señor con todo tu corazón” (Proverbios 3:5). Vimos como una confianza consistente tiene que invadir todas las áreas de nuestras vidas. Debemos ser capaces de confiar en Dios en cuanto a nuestra eternidad al igual que nuestro caminar diario. Una buena medida de nuestra confianza (o nuestra falta de confianza) es nuestro nivel de ansiedad.

Estar ansioso, o tener ansiedad, se define como estar mentalmente lleno de preocupación o aflicción. Desafortunadamente, todos hemos estado batallando con ansiedad desde que Adán comió el fruto prohibido e intentó en vano esconderse de Dios; “Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo” (Génesis 3:10). Los efectos negativos de la ansiedad fueron entendidos hace tres mil años cuando el Rey Salomón escribió sus proverbios de sabiduría: “La angustia abate el corazón del hombre, pero una palabra amable lo alegra” (Proverbios 12:25).

La ansiedad permaneció como parte de nuestra naturaleza mientras Pablo predicó las Buenas Nuevas de Jesús. Casi del mismo aliento que usó para instruirnos a “Alégrense siempre en el Señor!” (Filipenses 4:4), Pablo enseñó acerca de remover la ansiedad de nuestras vidas; “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias” (Filipenses 4:6).

Cuando nos encontramos a nosotros mismos demasiado preocupados o mentalmente angustiados acerca de CUALQUIER COSA, necesitamos ir a Dios (con gracias) y entregar nuestras cargas a El. Esto no significa que ignoremos nuestros problemas, pero tenemos que aprender a ver las cosas de este mundo con una perspectiva eterna. Las preocupaciones de este mundo siempre se desvanecen cuando las comparamos a la gloria eterna de Su Reino.

Mateo 6:25,34
“Por eso les digo: No se preocupen {o estén ansiosos} por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.”

Cuando nos sentimos cargados, presionados, o estresados – cuando las preocupaciones vienen a toda velocidad de todas las direcciones y no sabemos donde comenzar – tenemos que detenernos y respirar largo y profundo! Debemos reenfocarnos en Jesús y Su Palabra. Tenemos que recordarnos de la eternidad en la presencia de un Dios amoroso y perseguir con diligencia Su Reino; “Esforcémonos, pues, por entrar en ese reposo” (Hebreos 4:11).

De la manera que nos acercamos más y más a nuestro Padre Celestial, nuestros ojos se ajustan a Su luz y vemos que ya nos ha dado todo lo que realmente necesitamos. De la manera en que Le amamos más, todo temor es removido; “el perfecto amor echa fuera el temor”(1 Juan 4:18). Y de la manera que confiamos en El más y más, recibiremos el regalo de Su paz y dejaremos de vivir con el peso que carga un corazón ansioso.

Tenga un Dia Centrado en Cristo!

Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios

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