Este Ultimo Día

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La tarde antes que El fuera crucificado, Jesús tomó una última comida con sus discípulos. Por tres años los discípulos habían sido instruidos por Jesús y visto Sus milagros. El les enseñó muchas lecciones acerca del Reino de Dios – y sobre Su muerte venidera: “será entregado a los gentiles. Se burlarán de él, lo insultarán, le escupirán; y después de azotarlo, lo matarán” (Lucas 18:32).

Ahora con menos de un día de vida, Jesús les dijo a Sus más cercanos compañeros que uno de ellos pronto lo traicionaría; “Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa” (Lucas 22:21). Naturalmente sus discípulos estaban escandalizados – pero su enfoque pronto se desvió a cosas triviales.

Lucas 22:23-24
“Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí, quién de ellos sería el que había de hacer esto. Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor.”

Estos hombres estaban cenando con el Creador del Universo y siendo testigos de los más maravillosos eventos en la historia del mundo; y aún en este último día, a solo unas horas, sus preocupaciones se desviaron a asuntos como la posición y estatus.

Es tentador criticar estos primeros discípulos: “¿Como pudieron estar tan absorbidos en si mismo?” Pero entonces, con que frecuencia cometemos este mismo error? Con nuestra morada eterna a la vuelta de la esquina, y un Salvador quien está dispuesto a caminar cada día a nuestro lado, con que frecuencia nos permitimos ser absorbidos en lo que no es eterno?

Seguramente tenemos responsabilidades y preocupaciones verdaderas en nuestro caminar diario. Nuestra salud o nuestras finanzas pueden parecer inciertas, las palabras duras de otros podrían ofendernos y causarnos gran dolor. Pero cuando lo vemos apropiadamente contra el escenario de la eternidad, cada evento mundano debe reducirse a lo trivial. Si realmente comprendemos la gloria que veremos algún día y que tan pronto todo esto desaparecerá, estaremos mucho menos preocupados acerca de nuestra “grandeza” ante los ojos del mundo.

Con una maravillosa vista hacia atrás podemos decir que los discípulos debieron saber que su tiempo con Jesús era corto. Ellos debieron ver los eventos desarrollándose, tomando ventaja de cada precioso momento, y adorarle con cada aliento, cada latido, cada pensamiento, y cada palabra – pero no lo hicieron.

Y ahora, con la bendita previsión dada por la Palabra de Dios y la guía del Espíritu Santo, enfrentamos exactamente los mismos retos! Nuestro Padre nos ha llamado a una profunda y personal relación con El por medio de la fe en Su Hijo – y nuestro tiempo es muy, muy corto (más corto que realizamos). ¿Que preocupaciones o pasiones consumirán nuestro tiempo y energía? Con todo lo que se nos ha dado, que haremos ahora con este último día?

Tenga un Dia Centrado en Cristo!

Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios

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